Hay bebidas tan adictivas como las drogas
Hay bebidas tan adictivas como las drogas
Sobrepeso, diabetes, caries... La lista de problemas de salud por la ingesta de refrescos azucarados con gas es grande y conocida.
Sin embargo, el gusto por esta clase de bebidas continúa. El tema deja el plano físico y pasa al mental. Se convierte en una adicción, señala Isabel Cadena, especialista en Neuropsicología, por eso hay personas que no pueden dejar su consumo.
El gusto puede empezar en la niñez y perdurar en los adultos. “Se produce una relación de dependencia”, agrega. Un artículo de la CNN coincide y explica que la razón está en la cantidad de edulcorante, cafeína y carbonatación que tienen.
Esa “dulzura también parece activar los mismos centros de recompensa en el cerebro que las drogas”, menciona. Al satisfacer el antojo de beberlas se libera dopamina, una hormona que causa placer.
Todavía no hay suficiente evidencia para sugerir que se trata de un trastorno, señala por su parte El Confidencial, pero explica que los adictos presentan síntomas similares a los de quienes consumen drogas cuando dejan de probarlas, como ansiedad, irritabilidad, dolor de cabeza, sed que solo puede ser calmada con la bebida.
El medio ofrece pautas generales para prevenir esta dependencia. Entre ellas está el no usar refrescos como recompensa y tampoco beberlos como una ‘muleta’ emocional, si se está triste, enojado o decepcionado.
También recomienda mantenerse hidratado pero con agua, para evitar la sed y la tentación. Otra idea útil es establecer límites en lugares y horarios, por ejemplo, elegir beber refrescos de esta clase solo en restaurantes o solo los fines de semana. F
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