Una nutrición adecuada permite al organismo contar con todos los insumos necesarios para su óptimo funcionamiento en el día a día, pero también para que esté preparado para enfrentar posibles enfermedades e infecciones.

Los seres humanos necesitan 13 vitaminas, que pueden ser hidrosolubles o liposolubles. La vitamina A es una de ellas y es fundamental para la salud del organismo y es importante notar que se almacena en el hígado.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, hay dos tipos de vitamina A. La primera es el retinol, que se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves y lácteos. Otra forma de vitamina A es la provitamina A y la forma más común de este nutriente se encuentra en los betacarotenos (zanahoria).

La vitamina A cumple la función de ayudar en la formación y mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos así como mucosas y piel. También se llama retinol porque produce los pigmentos de la retina del ojo. El betacaroteno, por otro lado, actúa como antioxidante y es fundamental para potenciar el sistema inmunológico.

La vitamina A se encuentra en varios alimentos como el aceite de hígado de bacalao, cereales de desayuno fortificados, leche descremada, huevos, frutas y vegetales de color naranja y amarillo como la zanahoria, verduras de hoja verde como la espinaca y el brócoli.

El Comité de Nutrición y Alimentos del Instituto de Medicina recomienda las cantidades adecuadas de ingesta de vitaminas y minerales en diferentes etapas de la vida. En el caso de la vitamina A, esta organización sugiere que los bebés de 0 a 6 meses consuman 400 microgramos por día (mcg/día), esta cantidad proviene generalmente de la leche materna. De siete meses a un año de edad el consumo debe subir a 500 mcg/día.

En el caso de los niños de 1 a 3 años se recomiendan 300 mcg/día. De 4 a 8 años la cantidad sube a 400 mcg/día y de 8 a 12 años se deben consumir 600 mcg/día. Los hombres de 14 años en adelante necesitan 900 mcg/día y las mujeres 700 mcg/día.

Cuando hay deficiencias de vitamina A se pueden producir problemas como piel seca y escamosa, hiperqueratosis y deficiencias oculares. Al contrario, cuando hay un exceso en el consumo de vitamina A puede causar intoxicación e incluso defectos congénitos.