La fibrosis quística se trata con fisioterapia

La presencia de continuas enfermedades respiratorias y retrasos en el crecimiento son indicadores de una posible alteración pulmonar hereditaria.
El aparato respiratorio en la FQ presenta una acumulación de moco en los conductos que  disminuye la capacidad para respirar normalmente. Foto: Freepik

El aparato respiratorio en la FQ presenta una acumulación de moco en los conductos que disminuye la capacidad para respirar normalmente. Foto: Freepik

14 de noviembre de 2022 08:00
Darla Arevalo

La fibrosis quística (FQ) es hereditaria. La enfermedad genera una mayor producción de moco en el organismo que obstruye los conductos respiratorios y digestivos. Las personas que nacen con este problema presentan sospechas a los meses de nacido, adolescencia y adultez.

Andrés Villacís, de 39 años, fue diagnosticado con fibrosis quística a los 24 años. Durante su niñez padeció de múltiples enfermedades respiratorias, entre ellas neumonía, gripe y bronquitis frecuentes. En las revisiones médicas no se determinó la causa correcta que producía el contagio de estos padecimientos.

Al acudir a otro chequeo le diagnosticaron rinitis alérgica y le recomendaron aislarse de factores alérgenos para evitar gripes. De acuerdo al crecimiento que iba teniendo notó cambios en su cuerpo como fatiga al realizar ejercicio, apetito reducido y una sudoración diferente. Esta última convierte al sudor en pequeños trozos de sal al secarse, es uno de los síntomas de la fibrosis quística.

El paciente continuó con los chequeos y un nuevo diagnóstico -esta vez tentativo- encontró la posibilidad de que sea el síndrome de Kartagener que se caracteriza por alteraciones del tejido respiratorio. Villacís se sometió a tratamientos de homeopatía, terapia natural, para aliviar la sintomatología.

Después presentó una pancreatitis y otra neumonía que lo obligó a estar hospitalizado y se tuvo una sospecha de FQ y fue derivado a la Fundación Ecuatoriana de Fibrosis Quística en donde fue diagnosticado tras una serie de estudios. Le pronosticaron 3 años de vida que ha superado y sigue estable con los tratamientos de fisioterapia respiratoria, nutrición y fármacos.

Manolo Maestre Guzmán, neumólogo especialista en neumología y cirugía de tórax, explica que la enfermedad es trasmitida por los progenitores. Uno de ellos o ambos pueden ser portadores del gen que produce la FQ y se conoce al realizar pruebas genéticas.

El médico indica que la fibrosis, en ciertos casos, es silenciosa y se muestra a desde los 2 años con problemas respiratorios y del crecimiento del paciente. Con frecuencia presentan sospechas de una posible fibrosis. Los recién nacidos tienen retrasos al crecer y falta de deposiciones en las primeras horas.

En la niñez, adolescencia y adultez muestran bajo peso, desnutrición, fatiga y problemas al respirar que dan una pauta al diagnóstico oportuno. Las pruebas para detectarlo empiezan con un tamizaje neonatal que revisa afecciones congénitas, genéticas y exámenes de sangre.

La FQ no tiene cura pero se controla. La neumóloga, María Eugenia Arauz, explica que el tratamiento parte de tres pilares. La primera es la fisioterapia respiratoria que elimina la secreción de moco con técnicas manuales en los pulmones y ejercicios de respiración. El segundo es el uso de antibióticos nebulizados que disminuyen la congestión y los síntomas de la FQ y al final el nutricional que se enfoca en la dieta sana que ayuda al paciente a combatir las infecciones pulmonares.

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