Ahora que muchas ciudades han levantado varias restricciones con el objetivo de reactivar la economía y retomar algunas actividades, muchas personas pueden sentir que no están listas para volver a salir de casa. Tienen un temor profundo de contagiarse de covid-19 y no se sienten seguros afuera. Si bien, el miedo es una respuesta natural, en situaciones específicas puede convertirse en un trastorno de ansiedad que requiere tratamiento. Esto ocurre cuando los miedos se convierten en fobias.

Según el centro de psicología Avance Psicólogos, mientras el miedo es una reacción proporcionada a un estímulo, las fobias son una reacción desproporcionada de temor a situaciones u objetos que puede alterar la forma de vida de las personas. Quienes sufren fobias pueden presentar reacciones fisiológicas de ansiedad como taquicardia, náuseas, mareo, hiperventilación, sudores, escalofríos, nudos en el estómago y otros.

Las fobias son estudiadas y clasificadas por las asociaciones de psiquiatras. El caso del coronavirus es nuevo y no se ha determinado aún si puede considerarse una fobia o no. Sin embargo, mientras esto ocurre los profesionales médicos ya están trabajando en terapias y herramientas para ayudar a las personas a sobrellevar el miedo al contagio de esta nueva enfermedad y evitar así que los individuos limiten su vida por esta causa.

Por ahora los especialistas recomiendan tomar en cuenta algunos consejos para evitar ser víctimas del miedo irracional. Una de las primeras sugerencias es informarse por medios confiables que no promuevan el pánico de forma innecesaria. Lo mejor es contar con información contrastada y objetiva sobre la situación actual.

Otra idea es prepararse con las medidas de bioseguridad necesarias. No todas las personas tienen el mismo nivel de exposición y riesgo y se sabe que el contagio puede darse incluso desde pacientes que no presentan síntomas. Por ello es fundamental mantener el distanciamiento social (evitar acercarse a menos de 2 metros de otras personas), no acudir a eventos masivos, lavarse las manos con agua y jabón de forma constante, usar mascarilla, aplicarse gel antibacterial en las manos y evitar tocarse el rostro.

También se recomienda empezar una rutina de desconfinamiento paulatino. Empezar con pequeños paseos cerca de casa y poco a poco aumentar el tiempo de salida sin poner en riesgo la salud. La idea es que las personas aprendan a vivir con el virus.

Finalmente en casos de personas que no logran sentirse seguros, la alternativa es buscar apoyo psicológico de profesionales especializados. Ellos podrán ofrecer una guía personalizada de cómo enfrentar la nueva normalidad.