Un estudio realizado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares de Madrid ha comprobado que los adolescentes que duermen menos de ocho horas son más propensos al sobrepeso.

La investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europea muestra que las personas con menos horas de descanso reúnen un grupo de características poco saludables para el cuerpo, por ejemplo, exceso de grasa, elevación de la presión arterial y niveles anormales en la glucosa.

El estudio de los expertos consistió en examinar a un grupo de adolescentes que bordeaban los 12 años. El monitoreo se hizo por cuatro años para verificar las horas de sueño y los cambios físicos que presentaban durante este tiempo.

Las horas de sueño fueron vigiladas los siete días de la semana al igual que las actividades que realizaban los participantes. Los resultados arrojados del análisis determinaron a los adolescentes como durmientes muy cortos, es decir, tenían menos de siete horas de descanso. El posible sobrepeso se determinó con el cálculo de la masa corporal entre la estatura y el peso de las personas.

Según el crecimiento de los participantes se determinó que a los 12 años (edad del inicio del estudio) un 34% dormía las ocho horas y a los 14 y 16 años se redujo a al 23 y 19% de tiempo de descanso por las actividades. Los investigadores se encuentran en fase de estudio para determinar la influencia de la tecnología en la falta de descanso por las noches.

La Academia Estadounidense de Medicina del sueño recomienda que los niños de 6 a 12 años tengan un período de descaso de nueve a 12 horas y de ocho a 10 horas los adolescentes de 12 a 18 años.

Los adolescentes que duermen más horas tienen una mejor calidad de sueño. Aquellos que cumplen con las ocho horas casi no se despiertan durante la noche y no presentan un aumento en el peso corporal.

Los jóvenes que dormían menos durante el estudio obtuvieron una puntuación negativa de acuerdo con el síndrome metabólico que se relaciona con el sobrepeso y el diagnóstico de enfermedades colaterales como la diabetes.

Los investigadores destacan que el sueño es importante para tener una buena salud. Añaden también que el exceso de peso por el mal descanso provoca más posibilidades de sufrir enfermedades cardíacas.

Dormir más tiempo evitará despertarse en la madrugada. Foto tomada de Pexels

Prevenir desde casa

Los padres deben establecer horarios fijos para dormir todos los días. Parte del cuidado es limitar el uso de aparatos tecnológicos de una a dos horas antes de irse a la cama. Navegar en redes sociales o escuchar música interfiere en el horario.

El consumo de alimentos debe ser regulado de la mano de un especialista. Al no tener sueño las sensaciones de hambre aparecen con mayor frecuencia. Parte de la alimentación es consumir platillos equilibrados con todos los grupos proteicos y vitamínicos.

Por las noches, la cena debe ser en pocas cantidades y baja en condimentos para evitar despertarse continuamente. Cumplir con las horas de descanso necesarias ayudará a mejorar el rendimiento académico y la concentración de los jóvenes en las actividades cotidianas.

Los malos hábitos de sueño se mejoran con la planificación de actividades durante el día que incluyan las horas para hacer ejercicio, tareas, alimentarse y dormir.