Chagas, una enfermedad silenciosa y grave

Se trata de una afección parasitaria y desatendida que pone en riesgo a los habitantes de zonas rurales en Ecuador. En el país hay un subdiagnóstico
El mal de Chagas se transmite por picadura de insectos; al no ser diagnosticada a tiempo produce graves afectaciones en el corazón.  Foto: Pexels

El mal de Chagas se transmite por picadura de insectos; al no ser diagnosticada a tiempo produce graves afectaciones en el corazón. Foto: Pexels

11 de abril de 2022 08:00

El Día Mundial de la Enfermedad de Chagas se conmemora por tercera ocasión este 14 de abril de 2022. Esta enfermedad infecciosa es endémica de Latinoamérica y está en la lista de las afecciones consideradas como ‘desatendidas’ o ‘de la pobreza’.

Según datos de la OMS, se estima que en la actualidad afecta a entre 6 y 7 millones
de personas y, por esta causa, cada año mueren 10 000 individuos en el mundo.

“Mi abuelita falleció por el problema de que tenía el corazón demasiado grande”, dice Doris Correa, una habitante de la comunidad de Bellamaría en Loja, a través de un video que resume el trabajo de investigación que realiza la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) sobre la enfermedad de Chagas en esa zona.

Este mal es una enfermedad parasitaria propia de las zonas tropicales y afecta, principalmente, a quienes habitan en zonas rurales, en hogares precarios, hacinados e insalubres.

La infección se produce a través de la picadura de un insecto conocido popularmente como chinche o chinchorro.

El parásito que produce la enfermedad de Chagas es el Trypanosoma cruzi, y se alberga en el tracto digestivo del chinchorro. Para alimentarse, este insecto chupa sangre de animales y personas dejando sus heces junto a la picadura. Esta a su vez se irrita, produce picazón y cuando la persona se rasca termina infectándose del parásito a través de la herida.

La enfermedad se puede transmitir por habitar en viviendas de adobe expuesto que generan espacios propicios para albergar chinchorros, por ejemplo. También a través de transfusiones sanguíneas contaminadas o de madre a hijo durante el embarazo.

Al inicio, en la etapa aguda de este mal, se pueden presentar algunos síntomas como fiebre o dolor corporal y si se logra diagnosticar a tiempo se puede eliminar la infección a través de medicamentos antiparasitarios. En otros casos, no se presenta ningún síntoma y el parásito puede permanecer silencioso por 10 o 20 años, hasta desencadenar graves afecta­ciones a la salud.

¿Cuán grave puede ser?

“Las personas pueden morir a causa de esta enfermedad, sin saber que la padecían”, dice Javier Pinos, médico cardiólogo, investigador y docente de la Universidad de Cuenca.

El especialista cree que hay un importante subdiagnóstico de la enfermedad en el país. Dice que aunque los datos del Ministerio de Salud indican que cada año aparecen 4 400 nuevos casos de Chagas y de ellos 1 300 mueren por esa causa, teme que existen más casos porque hay un importante desconocimiento de la enfermedad en todos los niveles.

Explica además que esta es una enfermedad sistémica que afecta a todo el organismo, pero uno de los órganos más comprometidos es el corazón.

En la etapa crónica, cuando la enfermedad se manifiesta después de años, puede producir agrandamiento de órganos.

El corazón empieza a crecer y a perder fuerza hasta provocar una insuficiencia cardíaca. También puede producir arritmias graves que pueden llevar a una muerte súbita. Hay pacientes que pueden estar siendo tratados por un diagnóstico de arritmia pero desconocen que la causa de fondo de este malestar sea la enfermedad de Chagas, precisamente por el desconocimiento de los especialistas para diagnosticar, sostiene Pinos.

Cuando ya hay afectación de órganos, la enfermedad no tiene cura, solo se puede controlar y evitar agravar el cuadro.

Mario Grijalva, biólogo y Director del Centro de Investigación para la Salud en América Latina de la PUCE, viene investigado la enfermedad de Chagas desde hace 30 años.

Desde este centro de investigación, en 2009, impulsaron la Iniciativa Vivir Saludable, para intervenir y controlar la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas en Loja, una de las provincias más afectadas.

Los investigadores dicen que el rociamiento con insecticidas que se realiza, ocasionalmente, por parte del Ministerio de Salud no es una medida suficiente para eliminar la enfermedad.

Uno de los métodos que demostraron que sí funciona es a través de la reconstrucción de casas. Con esta iniciativa han entregado ocho viviendas ‘anti-chagas’ en tres comunidades rurales de Loja. Ahora cuentan con el apoyo de la Vicepresidencia y en los próximos meses van a iniciar un plan piloto para la construcción de 100 viviendas ‘antichagas’ en la misma provincia. 

Te puede interesar