Diversos estudios a favor y en contra de tomar una siesta después de comer se han publicado o difundido en las últimas décadas.

Los que están a favor indican que unos cuantos minutos de siesta después del almuerzo pueden aumentar el desempeño del trabajador e impactar en su estado de ánimo.

Una investigación publicada en la revista científica Nature Neuroscience afirma que dormir de 20 a 60 minutos contribuye a la memorización y al aprendizaje de fragmentos pequeños de información.

También se menciona que este hábito reduce la presión arterial, repara el sistema inmune y protege al corazón.

Por el contrario, un estudio publicado en la revista Hypertension revela que dormir la siesta con regularidad se asocia a una presión arterial alta y un mayor riesgo de padecer un accidente cerebrovascular.

Para Carolina Guarnizo, especialista en medicina interna del Hospital de los Valles, en la mayoría de las personas tomar una siesta corta sí es beneficioso. Esto en el sentido de que va a dar una inyección de energía para continuar con la jornada laboral, por ejemplo.

La internista menciona estudios que se han realizado en Canadá, en los que se determinó que los trabajadores son mucho más proactivos cuando tienen un tiempo de descanso.

Esta inactividad también va a ayudar a relajar los músculos, mejorar la frecuencia cardiaca, a tener un mejor humor.

Sin embargo, aclara que la siesta no debe ser inmediata y hay que esperar al menos 40 o 45 minutos después de la comida, para no alterar el proceso de digestión.

Además, no lo recomienda en algunas personas. Por ejemplo, en quien padece de reflujo este hábito le resultaría nocivo, ya que sus síntomas van a empeorar.

Desde el punto de vista gastrointestinal, Verónica Ayala, gastroenteróloga y especialista en medicina interna del Hospital Metropolitano, desaconseja esta práctica.

¿Los motivos? Si la persona come y se va a dormir inmediatamente hay una alteración en su tiempo de tránsito gastrointestinal, que puede estar afectado por 20 minutos adicionales. “Daña y distorsiona lo que es la digestión de los pacientes”, especifica.

Coincide con Guarnizo en que si se toma la siesta se deben esperar mínimo 40 minutos y debe ser corta, entre 5 y 20 minutos como máximo. Enfatiza que hay que tomarla sentado, pues así ayuda al tránsito intestinal, y no acostado.

De igual manera, no la recomienda para personas con reflujo o problemas de constipación (estreñimiento), debido a que el movimiento intestinal se torna más lento y, por lo tanto, es más complejo evacuar.

¿Y qué hay de esa sensación de sueño después de comer? Ayala explica que la ingesta conlleva una demanda de oxígeno para la parte gastrointestinal y el cuerpo pide dormir, por eso se cree que una siesta ayuda a contrarrestar todos los efectos de la digestión.

Para la especialista, lo mejor después del almuerzo es caminar de 20 a 45 minutos. 

Lo que debes evitar después de comer

Fumar La nicotina se une al exceso de oxígeno que es necesario en el proceso digestivo y, a su vez, esto facilita la absorción de carcinógenos. También puede causar úlceras en el estómago o enfisemas pulmonares.

Tomar una ducha Un estudio de Ekachai Hospital (Tailandia) demostró que ducharse después de comer enfría el cuerpo, lo que provoca que aumente el flujo sanguíneo y disminuya la cantidad de sangre alrededor del estómago.

Ejercicio Si bien los beneficios del deporte son diversos, hacerlos después de almorzar no es lo más recomendable, ya que puede causar indigestión. También puede derivar en problemas más serios, como calambres.

Comer frutas Pese a que son parte de una dieta equilibrada, los expertos recomiendan consumirlas antes de las comidas principales. Esto porque las fibras que contiene ayudan a reducir la absorción de azúcares simples.

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