La cúrcuma es una de las especias que más popularidad ha ganado en los últimos años. Esta planta nativa del sudeste asiático, y especialmente la India, tiene varias propiedades medicinales y cosméticas.

La cúrcuma se utiliza en forma de un polvo de color amarillo intenso, que tiene gracias a uno de sus componentes: la curcumina. A este compuesto se le atribuyen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

La planta contiene carbohidratos, azúcares, fibra, grasas, proteínas, agua, retinol, tiamina, riboflavima, niacina, vitamina B6, vitamina C, vitamina E, vitamina K, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio y zinc, por lo que es uno de los alimentos más completos.

Uno de sus principales beneficios es para la salud digestiva. Este condimento es ideal para digerir mejor los alimentos, alivia la sensación de pesadez y la indigestión y evita las flatulencias. Además se utiliza para tratar intoxicaciones alimentarias y alergias. También actúa en las mucosas gastrointestinales y ayuda a reparar los tejidos que están dañados, por lo que es ideal para tratar gastritis, pancreatitis y colon irritable.

Una investigación en el 2016 concluyó que la cúrcuma también puede ser útil para aliviar los síntomas de enfermedades reumáticas como artritis reumatoide, artrosis, entre otras.

Pero la cúrcuma también se utiliza en tratamientos cosméticos. Sus componentes antiinflamatorios, antisépticos y antibacterianos ayudan a controlar problemas de acné, arrugas y ojeras. Para obtener mayores, beneficios se recomienda utilizarla en forma de mascarilla.

Se puede mezclar yogur griego natural con cúrcuma y se debe aplicar en todo el rostro. Luego se debe dejar reposar por varios minutos y se debe enjuagar. Al utilizar esta mascarilla casera cada semana se puede reducir el sebo característico de la piel grasa.