Varios países han visto la necesidad de establecer nuevas medidas de restricción obligatorias ante un nuevo incremento de contagios de covid-19, en lo que se cree que es el inicio de la segunda ola de la pandemia. Ante estas nuevas medidas que incluyen el distanciamiento social, toque de queda y cuarentenas, varias organizaciones han mostrado su preocupación por lo que un nuevo encierro podría causar en la salud mental de las personas.

Una de las entidades que ha expresado su preocupación es la La Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC), que trabaja en Reino Unido.

Según la entidad, el incremento de los niveles de estrés afectó la salud mental y emocional de los jóvenes desde los primeros bloqueos en marzo. Ahora Inglaterra se enfrenta a un nuevo bloqueo que se extenderá hasta diciembre y los psicólogos están preocupados sobre las consecuencias en los niños y adolescentes. Según la NSPCC, han recibido más de 43 000 llamadas relacionadas a preocupaciones de salud mental en su línea ChildLine. Los consejeros escucharon testimonios de niños que se sentían aislados, inseguros y ansiosos al estar desconectados de sus redes de apoyo habituales.

Otros habían desarrollado trastornos de la conducta alimentaria como atracones y bulimia por primera vez, mientras que aquellos que ya los padecían sentían que sus síntomas habían empeorado o habían recaído después de su recuperación.

“Cuando los jóvenes enfrentan problemas de salud mental como ansiedad o depresión, o luchan con trastornos alimentarios o autolesiones, a menudo se lo ocultan a sus padres y familias. Un encierro intensifica el estrés en todas nuestras vidas, y el equipo de ChildLine sabe por experiencias pasadas que ha hecho que muchos niños se sientan especialmente aislados”, dijo Dame Esther Rantzen, fundadora de ChildLine en una entrevista con The Guardian.

Entre las cifras que revelan el creciente problema de salud mental debido a los encierros, la organización indicó que las sesiones de asesoramiento para trastornos alimenticios y de la imagen corporal aumentaron un 32%. Otro de los incrementos fue en temas relacionados a identidad sexual y género, que aumentaron en un 16%.

Para aliviar el estrés emocional en los niños y adolescentes, la NSPCC creó la campaña ‘Nadie es normal’ que busca ayudar a los chicos a no sentirse extraños y, por tanto, solos. La idea es que aquellos que se sientan ansiosos puedan buscar ayuda para evitar mayores problemas a futuro.