Un postre que sabe a Venezuela

El quesillo venezolano obtiene su nombre debido a la porosidad que posee. Se lo puede combinar con frutos, zapallo y café.
Postres de quesillo venezolano elaborados en Culinary Arts School. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Postres de quesillo venezolano elaborados en Culinary Arts School. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

1 de agosto de 2019 10:32
Evelin Caiza

Si de platillos venezolanos se trata, existe un postre suave y dulce que no puede faltar en el centro de mesa. Su textura es similar a la de un queso fresco por su porosidad y cremosidad.

El quesillo venezolano es considerado una variación de la leche asada española o del flan. Lo que lo distingue de este último es que en la preparación se colocan los huevos enteros, no solo la yema, y que se puede combinar con frutas, café e incluso con zapallo.

En su composición más básica, este postre lleva huevos, leche condensada, leche líquida, esencia de vainilla, un poco de ron y el clásico caramelo líquido hecho con agua y azúcar.

Los hoyitos, que lo asemejan a un queso se logran debido a su preparación en la quesillera. Se trata de una pequeña olla tapada bajo presión que se utiliza específicamente para realizar el postre en baño María durante 45 minutos.

De la receta original se despliegan algunas variaciones. Para la chef pastelera Alexandra Pacheco, las que más se han popularizado son tres.

Una de ellas es el quesillo de auyama, conocido en Ecuador como zapallo. Este ingrediente se licúa junto con la leche. También se puede agregar una cucharada de maicena.

La segunda variación son los quesillos de frutas, donde resaltan las combinaciones con coco, maracuyá, frutos rojos y café. Estas se colocan en la precocción o como bases, a manera de gelatina o bizcochuelos.

El tipo de licor que se añade al postre forma parte de la tercera opción, ya que no solo el ron es una alternativa, también se usan brandy y cointreau.

A pesar de que el postre es infaltable en cumpleaños, fiestas y eventos sociales, según Pacheco es más común prepararlo en Navidad. En esta época se le añaden frutas confitadas, pasas y cerezas. Además, para la decoración se utilizan galletas, caramelo, nibs de cacao, entre otros dulces y ‘toppings’.

Debido a que los sabores del postre resaltan por sí solos, sus acompañantes son pocos. El chef Ricardo Alonso Núñez recomienda consumirlo con tés amargos, debido a que esta bebida contrasta con el dulzor del quesillo.

Ambos chefs de nacionalidad venezolana afirman que en su país son demasiado “dulceros” y que las madres y abuelas no pierden la oportunidad de preparar postres como el quesillo o similares a este.

Entre las opciones para los amantes de lo dulce están el tocinillo de cielo, golfeado, bienmesabe, torta negra, dulce de lechosa, torta de pan, torta de cambur, todos típicos de la repostería venezolana.

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