Desde que la pandemia normalizó el uso de dispositivos tecnológicos, a Sofía le cuesta mucho más limitar el uso que sus hijos dan a estos aparatos. Cuenta la mamá, que en el caso de su hija mayor, Briana, de 10 años, muchos profesores complementan las materias con trabajos que requieren el uso de computadores.

“Ha sido más retador”, confiesa Sofía sobre la tarea de controlar el tiempo que sus pequeños pasan frente a las pantallas. Si antes el tiempo máximo para usar estos aparatos era un hora, detalla la mamá, ahora son hasta dos horas y media.

Cuando los padres tienen dudas respecto de la edad a partir de la cuál se recomienda utilizar dispositivos electrónicos y de los tiempos recomendados, la regla 3-6-9-12 puede servir de referencia.

Según Mayra Pazmiño, experta en temas tecnológicos y que comparte contenido al respecto en su cuenta @mamacondatos, es un parámetro sugerido por el psiquiatra francés Serge Tisseron, de la Universidad de Ouest Nantere, en París.

Esta regla, que cuenta con el aval de la Asociación de Pediatría Francesa, establece que antes de los 3 años se evite la tecnología, antes de los 6 años las videoconsolas o ‘tablets’, antes de los 9 años el acceso a internet y antes de los 12 años evitar el uso de celulares y el acceso a redes sociales.

Lo que se pretende, indica Pazmiño, es prevenir que el uso de ‘tablets’, celulares o tiempo frente al televisor se vuelvan un hábito en los niños. Además, no es un parámetro rígido, advierte Jorge Isaac, esposo de Pazmiño y experto en tecnología y educación. Emplearlos para momentos puntuales, como cuando están enfermos, y
por algunos minutos no representa ningún problema.

Antes de los 6 años el uso de dispositivos de juegos electrónicos impide que el niño juegue y se relacione con su entorno. Foto: Pexels

Sofía no había escuchado hablar de esta regla, pero es muy consciente de que lo más importante es que cuando su hija use la tableta o computador lo haga siempre bajo supervisión.

Cada padre puede tratar de adaptar la regla de la mejor manera posible a sus circunstancias. Más que una recomendación de educación es por cuestiones de salud, señala Isaac. Evitar por completo la exposición a dispositivos antes de los 3 años puede ser algo muy complicado.

Así que lo que plantea el parámetro del psiquiatra francés es que las pantallas no sean parte de los ambientes de juego o estén siempre presentes en los lugares en donde los niños estén conviviendo. La pantalla a esa edad, explica este papá, produce una
atención pasiva en los pequeños. Antes de los 3 años ese es el principal problema: que se crea una relación en la que el niño necesita siempre un estímulo o agente externo para calmarse cuando está frustrado o aburrido.

En resumen, dice Pazmiño, hay que tener un criterio para el uso de tecnologías y que las recomendaciones hacen hincapié en el uso sin control
ni supervisión.

Las explicaciones detrás de la regla

Con la pandemia se normalizaron los dispositivos para uso escolar. Foto: Freepik

Antes de los 3 años: evitar tecnologías y TV. La exposición continua a pantallas no permite que los niños se relacionen con su entorno con sus cinco sentidos. Ellos aprenden de lo que ven. Darles una ‘tablet’ en el momento de la comida, por ejemplo, les distrae y evita que aprendan y exploren.

Antes de los 6 años: evitar videoconsolas o tabletas. Lo que dice la regla es que el tiempo en la tableta sea el menor posible y evitar antes de esta edad cualquier video­juego. Lo que necesitan los niños a esa edad es pensar, jugar, relacionarse con su entorno y entrenar habilidades propias, según Pazmiño.

Antes de los 9 años: evitar usar internet sin supervisión. Se refiere a que los padres siempre deben estar presentes cuando sus hijos naveguen en Internet a estas edades. Además, es importante que conozcan con claridad sobre las limitaciones y peligros que existen al usar esta herramienta.

Antes de los 12 años: evitar acceso a redes sociales o darles celulares propios. El uso de Internet, además, debe seguir siendo supervisado sin llegar a ser intromisivos. Es importante también establecer controles horarios, según Pazmiño. Hay que alternar estos momentos de conexión con socialización.

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