La química detrás del vínculo entre una madre y su bebé

La hormona del amor también está presente durante el embarazo, el parto y el posparto, para garantizar una conexión única entre el bebé y su progenitora
Las hormonas intervienen en la generación del vínculo especial entre la mamá y su bebé. Foto: Freepik

Las hormonas intervienen en la generación del vínculo especial entre la mamá y su bebé. Foto: Freepik

6 de mayo de 2019 12:26
Gabriela Castellanos

El nacimiento de un bebé trae una explosión de emociones para toda la familia, especialmente para las madres. La ciencia ha comprobado que el vínculo que se forma entre una mamá y su bebé es único e irrepetible.

Esta conexión ha llamado la atención de la comunidad científica que ha buscado descifrar -en niveles biológicos y químicos- lo que ocurre en el cuerpo de una madre y su hijo cuando están juntos.

La respuesta la encontraron en las hormonas, unas sustancias que se producen en las glándulas endócrinas y cuyo trabajo empieza en el embarazo. Childbirth Connection, un programa estadounidense para mujeres y sus familias, publicó un estudio en el que se discute cómo los sistemas hormonales funcionan desde la gestación, en el parto y en la crianza de los hijos. También exploran los procesos hormonales interconectados que se dan en el cuerpo de la madre y el bebé al mismo tiempo que permiten un parto seguro y una lactancia exitosa.

Una de las hormonas que ha concentrado la mayor cantidad de investigaciones es la oxitocina. También conocida como la ‘hormona del amor’, esta sustancia interviene en muchos procesos, como el parto.

Cuando la mujer da a luz a su bebé, en un parto natural sin intervenciones químicas, se alcanzan los mayores niveles de oxitocina, explica el estudio de Childbirth Connection.

Esta explosión hormonal tiene la función de provocar una impronta o un apego inicial. Es decir, que la madre y su hijo se reconozcan mutuamente. “Es un mecanismo evolutivo que ayuda a que las madres tengan un instinto de proteger a su bebé”, dice la investigación.

De hecho, esto ocurre no solamente en los seres humanos. Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York demostró que la secreción de oxitocina era clave para que las ratonas reconozcan el llanto de sus crías.

Otra de las hormonas presentes en el parto es la adrenalina. En el nacimiento, la madre experimenta una necesidad de proteger a su bebé y transmite estas hormonas a su hijo. Así, el recién nacido puede mostrarse alerta en su nuevo entorno y desarrollar los reflejos más primitivos como la respiración o la lactancia.

Las feromonas también juegan un papel fundamental. Así como el organismo secreta estas sustancias para atraer a una potencial pareja, los bebés también lo hacen para asegurarse de que sus madres estén “enganchadas” a ellos y puedan cuidarlos.

Todo el ‘boomhormonal que atraviesa la mujer durante el embarazo y el parto tiene un “efecto neuroprotector” que se mantiene a largo plazo y permite que la madre aprenda rápidamente su nueva función y pueda cuidar a su bebé.

Si bien estos procesos se suelen dar naturalmente, hay recomendaciones para favorecer el establecimiento de este vínculo entre madre e hijo. Una es fomentar el contacto piel con piel para aumentar la producción de oxitocina. También se recomienda evitar separar a la madre de su bebé al menos en las dos horas posteriores al nacimiento.

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