Juguetes diferentes motivan a los niños a crear
Juguetes diferentes motivan a los niños a crear
La era de los juguetes de plástico, luces, sonidos y botones parece estar llegando a su epílogo. Para suerte de los padres de esta generación. O al menos están empezando a estar pasados de moda. La nueva tendencia en lo que a juego y juguetes se refiere tiene la etiqueta de fin o final abierto.
Los juguetes sencillos, sin prácticamente instrucciones y con una amplia gama de posibilidades se están posicionando frente a los tradicionales de plástico y con una aparente utilidad pedagógica. En el país las propuestas diferentes de juguetes –más enfocadas en propiciar la creatividad y la autonomía– van ganando terreno.
La mayoría de creadores detrás de estas propuestas son padres que buscaban opciones diferentes para sus hijos. La premisa en común es fomentar el juego libre en los niños.
Gabriela Logroño tiene 31 años y es mamá de un niño de 4. Asimismo, es médico pediatra y fundadora de Creliz. Cuenta que siempre les dice a los papás de sus pacientes que “el juguete que menos hace es el mejor y el que más le permite al niño desarrollarse”.
En este sentido, considera que los juguetes con baterías, que hacen mucho ruido y que prácticamente hacen todo por sí solos no permiten al niño jugar como tal. Funcionan más como distractores que limitan la imaginación, la manipulación y el uso de los sentidos.
Con esa misma premisa en mente –de menos es más y de evitar el exceso de estímulos– María Gabriela Torres e Irene García dieron vida a la marca Arkidtects. Nació de la necesidad que tenía como madres de ofrecer a sus hijos elementos de juego libre que les ayudara a desarrollar su creatividad y fortalecer sus destrezas motrices.
Los emprendimientos que plantean estas alternativas de juguetes diferentes trabajan con artesanos y carpinteros locales y emplean materiales sensibles como la madera. Por su parte, Taton y Amalgama Toys son proyectos que destacan la importancia de la sostenibilidad y cuidar el planeta.
Creliz: Propiciar la integración sensorial y la crianza con apego
Las mesas sensoriales son los productos estrellas de Creliz. Una propuesta que permite a los pequeños que las usan manipular diferentes tipos de materiales y plantea una amplia gama de escenarios de juego. Este producto es una oportunidad perfecta para exponer a los niños a variadas texturas y sensaciones que les permitan estimular sus sentidos.
La pediatra cuenta que mandó a hacer una mesa con un artesano para que la pudiera usar su hijo porque tenía un poco de hipersensibilidad. En este sentido, destaca la importancia de los juegos y juguetes que promuevan la integración sensorial en los primeros 5 años de vida.
Creliz fue el primer emprendimiento en la ciudad en ofrecer este tipo de mesas. Las hacen personalizadas según los requerimientos de los clientes y trabajan con varios artesanos. Una ventaja de esta propuesta de juego es que se pueden emplear materiales que se encuentran en casa, como granos, agua, arena, entre otros.
Además de las mesas en su catálogo se puede encontrar, entre otros, una pizarra de rutinas, una ruleta de emociones, kit con elementos sensoriales a favor de la crianza con apego y tablas de equilibrio. Cada una de las opciones, señala Logroño, ha sido pensado con la idea de promover una crianza con apego y ayudar a los niños a desarrollar sus habilidades a su ritmo.
Arkidtects: una propuesta natural con inspiración Waldorf y Montessori
Las creaciones de Arkidtects son piezas sencillas pero multifacéticas, inspiradas en las pedagogías Waldorf y Montessori. “Todo fue armado pensando primero en nuestros hijos, lleno de cariño y cuidado en cada pieza”, explican las fundadoras de la marca. La idea es ofrecer elementos simples “que un día puedan ser un barco y al siguiente una cueva, que no pongan un límite a su imaginación y poder creativo”, añaden.
Sus juguetes tienen, asimismo, la particularidad de ser lo más naturales posibles. Las mamás querían estar tranquilas de que si se lo meten a la boca no iban a tener repercusiones en la salud. De esta manera, sus productos están hechos con madera de pino y ciprés, pintados con tintes naturales y sellados con cera de abeja y aceites esenciales. No usan ningún tipo de químico ni pinturas con plomo.
En la misma línea, de promover el cuidado del planeta evitar las envolturas de plástico para sus productos. Los bloques y demás elementos de construcción parte de la oferta de Arkidtects desarrollan mucho la flexibilidad cognitiva según Torres y García. Las piezas los acompañan por largas temporadas de desarrollo porque crecen con ellos, explican. “El nivel de dificultad en las construcciones lo pone cada niño”, indican.
Entre otras alternativas disponen de piezas inspiradas en la pedagogía Montesorri que ayudan en el proceso académica para conocer sobre tamaños, pesos, proporciones y también el aprendizaje de lecto-escritura.
Amalgama Toys: una propuesta con conciencia ambiental
El emprendimiento fue el proyecto de tesis universitaria de Nicolás Bahamonde. A la par de que estaba buscando una forma de enseñarle a su sobrino sobre el respeto a los animales. Con esto mente, sabía que la línea de juguetes que quería crear debía ser lo más sostenible posibles y estar fabricados de una forma responsable. “La idea era hacer las cosas bien desde el principio y eso nos ha caracterizado”, asegura Bahamonde.
Para darle ese valor a su marca y a sus juguetes trabajan con artesanos de diferentes lugares del país y los capacitan continuamente sobre procesos de fabricación sostenible. Otros de las ventajas que tienen es que emplean madera recuperada y todos sus productos son pintados a mano y lacados con aceite de oliva.
La línea más fuerte y conocida son los runas, unos perros de madera con piezas intercambiables que se pueden mezclar para crear todo tipo de seres. Está inspirado en los tres perros mestizos que Bahamonde adoptó. Como los perros hay también una línea de especies de Galápagos. La idea, dice el fundador de Amalgama Toys, es ir abarcando diferentes ecosistemas y tipos de animales, como aves, insectos, entre otros.
Adicionalmente, cuentan en su catálogo con una línea de animales hechos en balsa que son armables y más económicos. Son la alternativa a los patitos y otros muñecos de hule que se suelen usar a la hora del baño. De igual forma, tienen en un tres en raya (en la categoría de juegos tradicionales que en el futuro quieren ampliar) y unas piedras apilables tipo jenga. Todo elaborado en madera y con la intención de fomentar la conservación.
Taton: juguetes de cartón para alejar a los niños de las pantallas
Han pasado 6 años desde que Edith Molina dio vida a Taton. Cuando fue mamá empezó a cuestionarse el tipo y la calidad de juguetes que habían en el mercado. La idea para crear su emprendimiento surgió de una ocasión en la que llevó a su hijo al trabajo y para mantenerlo entretenido lo colocó en el interior de un cartón gigante con materiales para que pudiera crear y jugar libremente.
El primer producto fue una casita de cartón que los niños podían colorear, pintar, manchar a su gusto. También fue creada con la intención de que fuera un refugio y a partir de la cual pudiera desarrollarse el juego libre. Al principio menciona Molina, las casitas no eran ilustradas, pero con el tiempo fueron sumando ilustradores locales para colaborar con su propuesta.
Aunque los primeros 5 años fueron duros, ahora Taton cuenta con 12 tipos diferentes de ‘juguetes’ de cartón. De diferentes tamaños y diseños. Todos son armables y 100% reciclables. Son opciones perfectas, según detalla Molina, para promover los juegos de roles, que son fundamentales para el crecimiento de los niños.
Las casitas, cohetes, carros, cunas y demás alternativas están elaboradas en cartón corrugado que es resistente y durable. Están pensados para niños desde los 18 meses o 2 años en adelante. Incluso, comenta su creadora, son muy útiles como terapia para adultos mayores y personas con capacidades diferentes.
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