Respetar los límites y el espacio personal de los niños es importante para su futuro. Hace unas semanas se hizo pública una historia de una madre y su hija que vivieron una experiencia incómoda en un bus en Estados Unidos.

Un extraño se sentó junto a Ellie, una niña de 7 años que viajaba con su madre en el transporte público. El hombre trató de entablar una conversación con la pequeña, a pesar de que ella se mostraba claramente incómoda. Cuando la mujer explicó a esa persona que su hija no tenía ganas de charlar en ese momento, el hombre continuó y se acercó más a la niña. También le sugirió a la madre enseñarle buenos modales a la pequeña.

La madre se volteó hacia su hija y le dijo: “Cariño, no tienes que hablar con esta persona. La gente no tiene por qué hacerte sentir mal. Si lo hacen, diles que paren. Si no te escuchan, grita hasta que se detengan”.

En la publicación en Face­book la madre recibió miles de comentarios. Algunas personas la acusaron de ‘exagerar’, otras aplaudieron el respaldo que dio a su pequeña.

Esta publicación, que superó los 200 000 compartidos, abrió el debate sobre la necesidad de que los niños puedan decir ‘no’ cuando se sienten incómodos.

Ahora que se inicia el año, muchas familias se reúnen y algunas personas esperan que los niños se acerquen con abrazos y besos. Esto puede resultarles muy molesto y es necesario que los padres y la familia ampliada respeten el espacio personal de los pequeños, según un artículo publicado en Psy­chology Today.

Esto ayuda a que los chicos aprendan a defenderse a ellos mismos. “Es mejor criar niños que puedan decir ‘no’ a tener hijos que buscan ser complacientes con todos, aún a costa de su bienestar”, dice la publicación.