Volver a clases genera un sinnúmero de sentimientos. Por un lado significa volver a madrugar, estudiar y vivir en los ‘corre-corre’ del día a día y, por otro, implica reencontrarse con los amigos y con los maestros queridos.

Para lograr que esta transición sea sencilla, el proceso de adaptación debe ser paulatino y los padres deben acompañarlo. Para ello, hay un puñado de trucos que se deben aplicar algunas semanas antes de que empiecen las clases.

Ricardo Jácome, psicólogo y director de Programas Educativos Integrales, explica que el prepararse para iniciar el año escolar “reduce la incertidumbre y permite a los estudiantes tomar mejores decisiones y, en consecuencia, sentirse felices en sus estudios”.

Para Jácome, prepararse para las clases debe ser tan importante como acudir al dentista, al oftalmólogo o al médico, porque así se pueden mejorar las destrezas, como la lectura comprensiva o la concentración. En este proceso, es necesario hablar con sus hijos para que ellos estén conscientes de esta preparación.

Explíqueles cómo funcionará la dinámica cuando empiecen clases y los cambios que se vivirán en relación con lo que han pasado en las vacaciones. Así, los niños sabrán lo que se viene en los próximos días y no habrá conflictos en casa.

Luego se debe comenzar a respetar los horarios. Esto significa volver a establecer horas para dormir, para despertarse y para comer. Y, claro está, se deben generar espacios para repasar asuntos académicos, como matemáticas