Con información de EFE (I)

Los niños que son amamantados en sus primeros 2 años de vida suelen ser más inteligentes y más seguros de sí mismos. Sin embargo, debido a los mitos y tabúes de esta práctica, son pocos los que reciben este tipo de alimentación, puntualizó la psicóloga Citlalmina Díaz.

“Son niños que responden mejor a las pruebas de inteligencia. Además, por la situación de apego que viven con sus madres, cuando llega la etapa de separación de ellas, el niño enfrenta el mundo de manera diferente, y no es tan inseguro”, explicó la especialista.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la alimentación con leche materna de modo exclusivo durante los 6 primeros meses de vida; posteriormente se puede acompañar con otros alimentos hasta los 2 años de edad.

Sin embargo, en Latinoamérica, esta práctica es deficiente. De acuerdo con cifras de la OMS, la lactancia materna disminuyó entre 2006 y 2012, cayendo de un 22,3% a un 14,5%.

En Ecuador, el 43% de los niños y niñas lactan de manera exclusiva hasta antes de los 6 meses. Y únicamente el 52% de los niños recibe leche materna durante su primer mes de vida, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.

“La lactancia materna siempre ha sido relegada por cuestiones sociales, culturales y económicas, incluso políticas”, dijo Díaz.

Una de las principales razones que ha influido en que este problema, dijo la especialista, es la inclusión de la mujer al mercado laboral, pues esto ha implicado el abandono temprano de la práctica.

Denunció que en muchos países, como Ecuador, la mujer debe regresar a trabajar como máximo tres meses después del parto y “los horarios son complicados.
“Además, no existen lugares adecuados para que puedan amamantar”, advirtió.
Pese a que es la forma más natural de alimentación para los bebés, pocas veces se educa a las madres sobre cómo dar de lactar correctamente; “se requiere de entrenamiento pre y posnatal y un acompañamiento que pocas veces se da”, señaló.

La OMS recomienda iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida, porque contiene todos los nutrientes para favorecer su crecimiento y desarrollo, aumenta las defensas contra las enfermedades y estrecha el vínculo de amor entre la madre y su hijo.

Según el Ministerio de Salud, la lactancia materna ayuda a prevenir la malnutrición, desde la desnutrición crónica, que en Ecuador asciende al 25,3%, hasta la obesidad y sobrepeso, que llega al 62,8% en adultos (de 19 a 60 años), de acuerdo con Ensalud.

Cuando los bebés enferman tienen una recuperación más rápida. Además que los protege a corto, mediano y largo plazo pues previene enfermedades crónico-degenerativas en la edad adulta.

En cuanto a lo psicológico, Díaz manifestó que protege la salud mental de las mujeres, evitando en gran medida que sufran depresión posparto, además de que crean un vínculo diferente e importante entre el bebé y la mamá.

“Desafortunadamente hay muchos tabúes respecto de la lactancia. Las mujeres a veces son agredidas y se sienten avergonzadas por amamantar en público. Tenemos que empezar a ver esto como una práctica natural de alimentación y un acto de amor”, destacó.