El juego es clave en el desarrollo infantil

Las actividades lúdicas no solo ayudan al desarrollo cognitivo y motor sino al manejo emocional
El juego libre fortalece las habilidades sociales de los  niños y les ayuda a desarrollar empatía. Foto: Unsplash

El juego libre fortalece las habilidades sociales de los niños y les ayuda a desarrollar empatía. Foto: Unsplash

10 de junio de 2020 18:00
Gabriela Castellanos

El desarrollo físico, mental y emocional de los niños depende de varios factores. El juego les ayuda a desarrollar sus habilidades y a explorar el mundo que les rodea. Así aprenden también a reaccionar y a manejar sus emociones.

Sin embargo, en los últimos años un fenómeno ha llamado la atención de los científicos. Los niños juegan cada vez menos y como resultado se pueden ver mayores índices de depresión y ansiedad en la adolescencia y en la juventud.

Un artículo publicado en la revista Psychology Today busca encontrar respuestas. Peter Grey, PhD en Psicología, hizo una revisión de la información sobre salud mental en niños y adolescentes que vivieron diferentes épocas como la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Gran Depresión, los años 60 y 70 y la actualidad. “Nunca los niños tuvieron tanta depresión como hoy en día y eso se debe a cómo ven ellos el mundo y no a lo que ocurre en el mundo en cierto momento histórico”.

Para el especialista, hay una relación evidente entre la falta de juego y los problemas de salud mental en los menores. “El juego libre y la exploración son, históricamente, los medios a través de los cuales los niños aprenden a resolver problemas, controlar sus vidas, desarrollar sus propios intereses y ser competentes en el manejo de sus emociones”.

Según la psicóloga Érika Andrade, muchas personas que sufren de problemas de ansiedad y depresión tienen dificultades para gestionar sus emociones y manejar situaciones estresantes o complicadas.

“Cuando somos niños y estamos en contacto con otros niños aprendemos a compartir, aprendemos que nos pueden lastimar, también aprendemos a perdonar y varias habilidades sociales que nos ayudarán durante el resto de nuestra vida”, dice Andrade. Cuando esto falla o cuando el juego siempre está controlado por un adulto, los pequeños pierden la oportunidad de solucionar los conflictos que puedan tener.

Las consecuencias, por tanto, se pueden ver en los años subsiguientes. Sobre las razones detrás de la disminución del tiempo de juego, los especialistas creen que hoy en día las sociedades se han enfocado en el desarrollo cognitivo, dejando de lado casi por completo la inteligencia emocional.

Michael Yogman, profesor de pediatría de la Escuela de Medicina de Harvard, dice que una de las cosas que han aprendido es que el éxito en la vida adulta está tan relacionado con las habilidades sociales, emocionales y ejecutivas como con las funciones cognitivas”.

Por ello concuerda con otros especialistas e investigadores en que los pediatras deben “recetar” momentos de juego para los niños menores de 2 años. “Hay que dejar de ver el juego como una pérdida de tiempo. Es importante para desarrollar otras habilidades, se aprenden otras cosas, y es simplemente para relajarse”, dice Andrade. “No todo tiene que seguir un régimen estricto de actividades académicas”, concluye la psicóloga. 

Consejos para su familia

Deje que sus hijos  jueguen libremente sin su intervención. Si se enfrentan a un problema o conflicto, no les dé la solución inmediatamente, permita que la encuentren.

Evite intervenir en las discusiones o peleas entre amigos, salvo que sea necesario. Enséñeles a hablar con respeto, a reconocer sus emociones y a buscar soluciones.

Si nota que su pequeño tiene problemas para manejar la frustración, siéntese a su nivel y explíquele que es una emoción normal y que se debe manejar.

Aproveche los entornos naturales para que los niños puedan estar en contacto con plantas y animales. Así también podrán respirar aire fresco y correr con libertad.

Enseñe a sus hijos  a compartir sus juguetes. Está bien si tienen algún objeto que quieran solo para ellos, pero es importante que sean desapegados.

El juego ayuda a desarrollar habilidades cognitivas, motoras y emocionales de los niños. Desde temprana edad se debe fomentar esta práctica.

Se recomienda que los niños tengan momentos de juego lejos de dispositivos móviles y que tengan contacto con otros niños de su edad.

El juego libre fomenta su creatividad y les obliga a entretenerse con lo que tienen a la mano. Es importante dejar que ellos se entretengan.

A través del juego libre, los niños aprenden a tomar decisiones y a asumir la responsabilidad sobre distintos aspectos de su vida cotidiana.

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