¿Cómo evitar que los niños se llenen de comida chatarra durante la cuarentena?

El aislamiento se puede aprovechar para introducir nuevas frutas y vegetales en las dietas de los hijos
Una correcta nutrición ayuda a mejorar el sistema inmunológico.

Una correcta nutrición ayuda a mejorar el sistema inmunológico.

2 de abril de 2020 10:30
Gabriela Castellanos

Pasar más tiempo en casa hace que muchos niños se aburran. Ante la imposibilidad de ir al colegio, compartir con otros niños y hacer ejercicio, los pequeños pueden sentirse aburridos, estresados y ansiosos. Frente a este escenario es muy posible que muchos empiecen a adquirir hábitos alimenticios poco saludables.

La comida chatarra puede dar una sensación de confort, pero trae consecuencias para la salud cuando su consumo es constante. Por ello los nutricionistas recomiendan a los padres de familia aprovechar estos días de aislamiento para inculcar en los niños buenos hábitos a la hora de comer.

Ana Altamirano, nutricionista pediátrica, explica que los niños tienen necesidades nutricionales diferentes a las de los adultos. Generalmente necesitan una dieta rica en proteínas y calcio porque están en proceso de crecimiento y sus huesos y músculos así lo demandan. Además necesitan alimentos calóricos para compensar el gasto energético que tiene su cuerpo en el crecimiento. De ahí que comer comida chatarra de forma constante no solo puede llevar a problemas de sobrepeso y obesidad, también puede limitar su desarrollo, explica la especialista.

Cuando los niños tienen ganas de algo dulce, por ejemplo, se les puede ofrecer fruta. Estos alimentos tienen azúcar natural (fructosa) que reemplaza a la sacarosa. Hay que tener una variedad de frutas disponibles en casa y a la vista de los niños para que puedan obtenerlas fácilmente.

Introducir alimentos nuevos en la dieta de los niños es fundamental para aportarles vitaminas, minerales y otros nutrientes que pueden encontrarse en frutas, vegetales y carnes que habitualmente no consumen ni en casa ni en sus instituciones educativas. "Es importante la presencia de vegetales en las comidas principales del día y dos porciones de fruta cada día", dice Altamirano.

En la rutina diaria puede ser difícil sincronizarse para compartir en familia, pero con la cuarentena se puede aprovechar el tiempo para comer todos juntos. "Los niños aprenden a través de las neuronas espejo porque imitan lo que ven", dice la especialista. Por eso es importante que los padres también adquieran buenos hábitos alimenticios.

Otra forma de enseñarles a comer alimentos diferentes es hacer a los niños parte del proceso de preparación de la comida con los cuidados respectivos. Pueden, por ejemplo, deshojar la lechuga, separar nueces y tomates, mezclar un aderezo, pelar chochos, etc.

La presentación de la comida también influye. Los niños se alimentan por los sentidos y deben ver, sentir, oler y tocar algo agradable para que les resulte atractivo. Se puede combinar colores en los platos.

Altamirano agrega que si bien es importante que los niños coman lo suficiente, no hay que obligarles a terminarse los platos si ya se sienten satisfechos. "Los padres sabemos más o menos las porciones que comen los hijos y podemos ver si están comiendo muy poco o demasiado, pero también debemos respetar lo que nos digan porque ellos pueden determinar eso", dice. Esto se conoce como alimentación intuitiva o alimentación consciente. Si se les obliga a termianrse los platos no aprenden a regular su saciedad y pueden tener problemas a futuro.

Otro factor a tomar en cuenta es que los niños a menudo confunden la sed con el hambre. Por eso recomienda, cuando los niños soliciten algo de comer, ofrecerles primero agua. Si después de eso siguen con la sensación de vacío se puede ofrecer un snack saludable como fruta, yogur o algún tipo de cereal.

Si bien la alimentación sana debe ser una prioridad, la nutricionista pediátrica enfatiza que en situaciones como la que se vive actualmente no hay que restringir sus comidas favoritas. "Cada día podemos darles una porción pequeña, por ejemplo de un chocolate, porque al cambiar la rutina y estar encerrados hace que tengan más ansiedad y necesitan un 'comfort food' para generar serotonina", dice Altamirano. La clave está en no exagerar las porciones.

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