El equilibrio emocional, clave en el aprendizaje

Adquirir nuevos conocimientos es un proceso complejo. Si los niños están equilibrados a nivel emocional son más receptivos para recibir y guardar la información que reciben,
Los cuidadores, como adultros responsables, deben trabajar en su inteligencia emocional para dar el mejor ejemplo a los niños. Foto: Freepik

Los cuidadores, como adultos responsables, deben trabajar en su inteligencia emocional para dar el mejor ejemplo a los niños. Foto: Freepik

28 de noviembre de 2022 08:05
Gabriela Balarezo

Cada vez se habla más de que la mejor manera en la que los niños adquieren conocimientos es jugando. Aunque también hay un ámbito que es clave en el proceso de aprendizaje que ha ganado fuerza solo en los últimos años.

En el pasado, la educación se enfocaba solo en lo académico. Ahora se sabe, muy numerosos estudios y por las experiencias de las que son testigos los educadores, que las emociones son fundamentales para un aprendizaje óptimo.

Este es un vínculo que, según Estefany Almeida —vocera de ILVEM Ecuador—, se establece por varias razones. “Las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, en la memoria, en la toma de decisiones y en la actitud con la que aprendemos”, asegura la experta. Por eso, “las emociones y la cognición van de la mano, son inseparables”.

De esta forma, se le está dando un peso mayor a este plano en las aulas y también en los hogares. “Si un niño no está estable emocionalmente simplemente el proceso de aprendizaje no se va a dar”, señala la psicóloga clínica Andrea Alarcón (@ mivida_enmilcolores). Cuando una emoción está bloqueando al cerebro del niño este no está dispuesto a recibir información.

Alarcón, que tiene experiencia en el departamento de consejería infantil de un colegio, cuenta que le llegaban muchos casos de niños con supuestos problemas de aprendizaje, que estaban enmascarando temas emocionales que debían ser tratados. Es decir, estos problemas de aprendizaje no siempre se desencadenan de una condición, trastorno y diagnóstico de tipo neurológicos. Algunas veces, la mayoría, tienen un trasfondo emocional que se debe manejar.

Para la psicóloga existen ciertas consideraciones importantes en relación a la forma en la que los niños aprenden. Es muy importante, dice, el vínculo con la persona que está enseñando. Mientras mayor es el vínculo, el aprendizaje será más profundo y se llevará a cabo de mejor manera.

“Aprender es un proceso complejo que requiere de muchas capacidades. Si lo llevamos de la forma más sana va a ser positivo”, precisa Almeida. Y esto depende del manejo de las emociones, ya que pueden influir en la autorregulación, en el seguimiento e implementación de procesos de enseñanza y en la evaluación de los resultados de los estudiantes. En este sentido, las emociones que no causan malestar van a generar un aprendizaje positivo porque los conocimientos se van a grabar de una mejor manera en el cerebro.

Alarcón aclara que las emociones no son positivas ni negativas, pero aquellas que producen bienestar en los niños (como la alegría o el entusiasmo) predisponen a que el aprendizaje ocurra de una mejor manera. Esto sucede porque el cerebro en estas situaciones genera conexiones eficaces y está más apto y dispuesto a recibir información.

Entonces si el círculo social, familiar y emocional del pequeño está en equilibrio —salvo que exista un diagnóstico de problemas de aprendizaje— adquiere los conocimientos de manera más óptima. Para lograr este objetivo maestros y padres deben trabajar en conjunto e informarse sobre el manejo adecuado de las emociones.

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