Uno de los problemas que enfrentan las familias hoy en día es encontrar personas que puedan cuidar a los niños mientras los padres trabajan. Las circunstancias propias del mundo actual y la compleja economía obliga, en muchos casos, a que ambos progenitores se ausenten durante el día para dedicarse a sus empleos.

Cuando los abuelos no pueden hacerse cargo de los niños o no se cuenta con una persona de confianza que los pueda cuidar, papá y mamá podrán considerar dejar a los niños solos. Antes de dar este paso, será importante tomar en cuenta algunos factores.

Uno de ellos es la edad. “Más que un número en específico tenemos que analizar la madurez de nuestros hijos. Obviamente no podemos dejar solos a niños muy pequeños, pero aquellos que ya superan los 11 o 12 años pueden tomar algunas responsabilidades”, sugiere Cristina Puente, psicóloga infantil.

“En el Ecuador es muy común que los niños se queden solos en casa. A veces desde los 5 o 6 años ya se quedan cuidando incluso a hermanos menores”, apunta Puente. Un estudio del Overseas Development Institute reveló que 35,5 millones de niños menores de 5 años se quedan solos en casa.

Para saber si los niños están listos para quedarse solos en casa hay que preguntarse cómo se manejan en distintas situaciones. ¿Qué pasa cuando se queda solo en su habitación?, ¿se sienten cómodos?

A veces sienten mucho miedo y quedarse sin sus padres o sin un adulto les genera mucha ansiedad. Otros niños no tienen problema en estar solos.

También hay que analizar cómo se comportan y su nivel de responsabilidad. “No queremos dejarlos solos para que tengan algún accidente, o para que dejen entrar a un extraño a la casa”, opina la especialista.

Por eso la clave será prepararlos desde temprana edad para que puedan asumir responsabilidades y se sientan seguros.

Respecto del tiempo, es mejor empezar poco a poco. En un inicio se puede dejar solos a los chicos mientras se va a la tienda o a sacar la basura. Luego se puede aumentar el tiempo a medida que los hijos se sientan más cómodos. Lo ideal es que no pasen solos más de seis horas al día, para que no necesiten acercarse a la cocina.

Antes de dejarlos solos en casa es necesario que conozcan algunas normas básicas de seguridad, como no abrir la puerta a desconocidos, no jugar con aparatos eléctricos ni en la cocina, no ducharse y no subirse a lugares altos.

Tampoco hay que olvidar enseñar a los menores a usar los dispositivos de seguridad del hogar. Por ejemplo, la alarma y los botones de pánico. Es importante que aprendan a utilizarlos de forma correcta y muy responsable. También deben conocer los números de emergencia y poder contactarse con una persona de confianza en caso de ser necesario. Generalmente, serán los padres, abuelos o tíos.

Es importante que, mientras los chicos estén en la casa, los padres se comuniquen con ellos para verificar que todo esté en orden. Una llamada o un mensaje de texto ayudará a que papá y mamá estén informados de lo que ocurre en el hogar y con sus niños.

Otra de las recomendaciones es dejarlos con alguna actividad que los mantenga ocupados. Pueden ser las tareas escolares, jugando en alguna habitación, viendo una película o leyendo un libro. La idea es que no se muevan demasiado por la casa para evitar cualquier accidente.

Finalmente, la especialista sugiere reconocer el buen comportamiento de los chicos cuando se quedan solos. “Esto les dará más confianza y sabrán que sus padres cuentan con ellos”.