Las despedidas, al dejarlos en la escuela o al salir de casa sin ellos, son algunos de los momentos que más les cuestan procesar a los niños. Sobre todo cuando son muy pequeños. Durante años, la forma más fácil de afrontar esta situación ha sido la distracción.

Pero irse mientras están despistados o entretenidos, y sin despedirse, no es la mejor opción. De hecho, hay diferentes alternativas a las que pueden recurrir los padres para hacer más llevadero este momento.

La clave está en la anticipación, especialmente en el caso de bebés y niños pequeños, señala Mila Jarrín, experta en crianza positiva. Si el problema se da al dejarles en la guardería en las mañanas, se les puede anticipar desde que se despiertan y se están preparando para ir. Por ejemplo, dice Jarrín, se les puede contar lo que van a hacer durante la jornada el centro infantil y los nombres de las profesoras que les van a acompañar allí.

“A pesar de que son chiquitos entienden todo”, advierte la experta. Al momento de separarse de ellos es importante que mamá o papá les expliquen que van a regresar por ellos. Cuando son más pequeños no entienden mucho la noción del tiempo, pero a partir de los 4 o 5 años se les puede dar una referencia más concreto.

Para Jarrín es fundamental hacerles saber a los menores que papá y mamá siempre van a volver y actuar con seguridad para transmitirles esa sensación a ellos. La anticipación ha sido muy útil para Alejandra.

Es mamá de un niño de 2 años y siempre habla con él de forma sincera y contándole todo lo que va a hacer en los días en los que el pequeño va a la casa de su papá. Aunque el niño se resiste un poco al principio, cada vez tiene menos episodios de llanto al despedirse o separarse de ella.

La creatividad y el juego son también buenos aliados al momento de gestionar una despedida problemática. Sara Noguera es experta en crianza y mamá de cuatro. Tiene un truco que le funciona a ella y que les ha funcionado a los cientos de familias a las que ha asesorado.

Se trata de dibujar un corazón en la mano del pequeño y también en la mano de papá o mamá. Es un recurso que ayuda al menor cada vez que extraña a su progenitor.

“Cuéntale que cada vez que te extrañe apriete con fuerza el corazón (pintado) y que tú harás lo mismo. Que al apretarlo tú sabrás lo que lo ha hecho y le mandarás mucho amor apretando el que tienes pintado también”, detalla.

Cuando los niños son más grandes está la alternativa de crear un ritual de despedida especial. Puede ser un saludo secreto que solo hacen mamá o papá con su hijo cuando se separan y cuando vuelven a estar juntos. En los momentos en los que los padres tienen que irse repentinamente (por algún compromiso o emergencia) igual se aplica la opción de explicarles con tranquilidad lo que va a pasar, dice Jarrín.

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