En el mundo, la crianza de los hijos se orienta hacia las costumbres y tradiciones de cada zona. Sin embargo, un método de crianza nueva ha empezado a tener presencia en todas partes, quizás motivados por la pandemia. Ahora, la crianza intensiva es la preferida.

Este es un método en el que los padres dedican más tiempo a sus hijos. Están presentes en todo momento, para mejorar su proceso cognitivo y su desarrollo social y emocional.
Una investigación realizada en Estados Unidos e Italia investigó los hábitos de los padres en 11 países ricos y comparó los resultados con los datos obtenidos en 1965.

Se descubrió que las madres dedicaban una hora más en promedio por día a la crianza de los hijos, mientras que el tiempo de los padres con sus hijos había aumentado de 16 a 59 minutos en el 2012 (el único país que rompió la tendencia fue Francia).

Con la crianza intensiva, los padres buscan crear una mejor conexión con sus hijos, para tratar de garantizarles el éxito futuro. Se involucran en sus actividades y conocen cada detalle de su día a día.

En el pasado, el papel de los padres era garantizar que sus hijos estuvieran bien físicamente, que se desarrollaran bien mentalmente y que la parte de aprendizaje, la parte educativa, sea tarea de las escuelas.

Pero los padres ahora están más involucrados con el aprendizaje de sus hijos y tratan de interactuar más con los maestros, ser parte de su crecimiento personal.

Esto implica que se destine también más dinero a sus clases particulares, a viajes y emprendimientos educativos. Por lo que los padres trabajan para sus hijos.