Padres que aman demasiado

2009-12-28 20:42:43
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PADRES QUE AMAN DEMASIADOSegún los autores, todos los padres quieren a sus hijos, sin embargo la palabra amor puede significar diferentes cosas para diferentes personas.Annie de Acevedo es una reconocida psicóloga colombiana, especializada en psicología infantil que lleva más de veinticinco años trabajando con niños y asesorando a los padres en el proceso de la crianza. El mensaje de su último libro editado por GRUPO EDITORIAL NORMA: Padres que aman demasiado, escrito conjuntamente con Jane Nelson y Cheryl Edwin (reconocidos especialistas estadounidenses en estos temas), es ratificar que los padres, al criar a nuestros hijos siempre hacemos lo mejor que podemos pero es normal que cometamos errores, sin embargo lo importante es aprender de ellos. A continuaciónu00c2u00a0reproducimos una parte del mismo que estamos seguros será de mucho interés.¿Por qué los padres aman demasiado?Según los autores, todos los padres quieren a sus hijos, sin embargo la palabra amor puede significar diferentes cosas para diferentes personas, lo que es claro es que el vínculo entre padres e hijos es sagrado. Para muchos, el título de este libro 'Padres que aman demasiado' puede resultar exagerado, pero, en realidad, lo problemático no es cuánto se ama sino las escogencias que hacemos en nombre del amor. Mientras no esté buscando la perfección, puede aprender a querer y a amar a sus hijos de manera que todos obtengan los mejores resultados. Vale la pena aclarar que mejor no significa perfecto. Por las mismas razones que usted ama demasiado (las emociones humanas son un factor importante), es muy fácil caer en la trampa de querer en exceso una y otra vez, señalan los autores.Añaden que querer en exceso es normal y que todos en algún momento hemos querido más de lo necesario, ofreciendo demasiado afecto, por lo queu00c2u00a0estou00c2u00a0llega a perjudicar a nuestros hijos. Lo que sí no podemos continuar haciendo es amar en exceso todo el tiempo, porque esto afecta el desarrollo emocional de los hijos y vuelve, como un bumerán, en contra nuestro y de ellos. A continuación, algunos de los comportamientos extremos que forman parte de un amor exagerado:La sobreprotecciónSegún este libro, los padres sobreprotectores cuidan demasiado a sus hijos y no les dejan tomar riesgos. A lo largo de su desarrollo los padres evitan que los hijos cometan errores y con ello les quitan la gran oportunidad de aprender de ellos. La sobreprotección vuelve a los hijos tímidos, nerviosos e inseguros, los hace dudar de sus capacidades y los vuelve muy temerosos, dicen los autores y añaden que el mensaje que se da con la sobreprotección es que el mundo es hostil y peligroso, convirtiendo a los hijos en exageradamente cautelosos y prevenidos y sintiendo que solo podrán salir adelante con la ayuda de sus padres.Tomar demasiadas decisiones por los hijosLos padres hacen esto creyendo que así los protegen para que no cometan errores. Sin embargo, según los autores de este libro, solo cuando los hijos cometen errores tienen la oportunidad de aprender de ellos. Muchos padres se escandalizan cuando se les sugiere que sería mejor que su hijo reprobara una materia. Lo peor para este tipo de niños que realmente deben reprobar es cuando los padres hacen el trabajo por ellos. No queremos decir que debemos abandonar a los hijos a su suerte, los padres deben estar siempre a su lado, dando aliento y ayudando a explorar las consecuencias de sus escogencias y haciéndoles ver que han aprendido de sus errores, en una atmósfera de apoyo y cariño, señalan los especialistas.El rescateCuando los padres salen a rescatar a sus hijos todo el tiempo, evitando que ellos queden mal o sufran de alguna carencia, verán más tarde que tienen hijos exageradamente cómodos y poco responsables, según el análisis prolijo que hacen los autores de este libro.La permisividadA sabiendas de que es mala consejera, con frecuencia es más fácil decir que sí a algún capricho que tener que poner en práctica las reglas. Hay padres que piensan que ser permisivos es bueno pues da la oportunidad a los hijos de sentirse libres para explorar su creatividad y fortalecer su autoestima. Posteriormente estos padres se aterran cuando ven que sus hijos tienen poca disciplina, poco control o empatía por otros y se sienten ofendidos cuando otras personas perciben a sus hijos como niños malcriados, dicen los autores y añaden que este consentimiento excesivo da como resultado niños consentidos y egoístas.Control excesivoEs el extremo opuesto de la permisividad. Estos padres quieren tanto a sus hijos que tienen la necesidad de estar vigilándolos constantemente para que todo salga bien. Estos padres hiper controladores encuentran que, con el tiempo, los hijos se rebelan, se vuelven ingratos y/o terminan haciendo las cosas a escondidas, dicen.Ser posesivosCuando los padres tratan a los hijos como si fueran posesiones, es difícil ver si el motivo por el cual lo hacen es por ignorancia del efecto de sus acciones en el niño o si, sencillamente, son egoístas. Ser posesivos es un buen ejemplo de lo que significa amar demasiado y causar dolor en nombre del amor, señalan los especialistas. Añaden que esto es común en los padres que se separan y pelean por los hijos como si se tratara de un pedazo de tierra, los llevan de un lado para el otro como si fueran algo material y olvidan que son seres humanos con sentimientos a quienes les duele mucho esa separación.La indulgencia o condescendenciaEstos padres piensan que hacen algo maravilloso al dar a sus hijos todos los lujos posibles y todas las comodidades del mundo. Con esta actitud, el momento en que los hijos hacen algo mal será muy difícil que asuman la responsabilidad porque están acostumbrados a tener todo lo material y esperan que sus padres les den todo.Pensar que saben en quién y en qué deben convertirse los hijosEstos padres aburren a los demás hablando de las maravillas que hacen sus hijos, en la escuela o en los deportes. Son padres que insisten en que el niño va a ser un pianista excelente o en que la niña va a ser una bailarina famosa, incluso cuando se sabe que tienen poco talento, señalan los autores. La pregunta a hacerse es ¿será que estos padres quieren verdaderamente a sus hijos por lo que son o por aquello enu00c2u00a0lo que ellos quisieran que se convirtieran?Expectativas poco razonablesEstos papás se dedican a pensar en la mejor escuela para los hijos que todavía no han nacido y durante los años escolares hacen todo lo posible para que sus hijos estén en programas de superdotados, les exigen demasiado convencidos de que sus hijos van a fracasar en la vida si no tienen excelentes calificaciones. Estos niños pasan horas enteras con terapeutas debido a la depresión y minusvalía porque sienten que les quieren de manera condicional, según las hazañas que logren. Algunos de estos niños viven toda la vida tratando de cumplir con las expectativas de sus padres mientras otros, sencillamente, sucumben, dejan de luchar y, a veces, se rebelan totalmente, dicen los autores.Otros comportamientos extremos incluyen el exceso de alabanzas, permitir que los niños gobiernen la casa, caer en la irresponsabilidad consciente, luchar las batallas que les corresponden a los hijos, no esperar mucho de los hijos respecto a su contribución al entorno familiar, trabajar largas horas para conseguir bienestar material, permitir que los hijos permanezcan de manera indefinida en la casa de los padres y todos ellos son causantes de ese amor en exceso que tarde o temprano pasará la factura a los padres.LA ENTREVISTAu00c2u00a0{loadposition aud_ph1}u00c2u00a0u00c2u00a0u00c2u00a0u00c2u00a0u00c2u00a0u00c2u00a0

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