Las formas de diálogo con un adolescente

2016-07-08 05:00:00
David Landeta

LAS FORMAS DE DIÁLOGO CON UN ADOLESCENTEFomente una cultura de diálogo en la familiaEl tiempo pasa y, en menos de lo que canta un gallo, los hijos dejan de ser unos niños que quieren ir a todo lugar con papá y mamá. Su dormitorio, con la puerta cerrada, con su música, su vestimenta y sus gustos es ahora el lugar preferido, y frente a las interrogantes de los padres, las respuestas suelen ser cortas, casi monosílabos: sí, no, bien y nada son las palabras recurrentes en su vocabulario.¿Qué ocurre? Antes de que entre en desesperación, comprenda que estos son signos característicos del ingreso a la adolescencia, cuando los hijos tratan de formarse como individuos, como seres distintos; y que la primera condición para la comunicación es el respeto por los espacios y los tiempos de los hijos, acompañado de una negociación de las actividades que se llevarán a cabo en familia, tal como lo explica Gissela Echeverría, terapeuta familiar sistémica.Para la especialista, el gran desafío de los padres es entender que su niño ha dejado de serlo y que está en la búsqueda de su autodeterminación; por tanto, los adultos requieren de otras maneras de comunicarse si no desean que la relación con los hijos se quiebre.De la mano del respeto por su espacio y su tiempo, es fundamental el respeto en el lenguaje. Para Gissela, hay que comunicarse con los hijos como se hace con los amigos: sin gritar (recibimos lo que damos, si gritamos nos gritarán), escuchando (de manera asertiva, con toda la atención y sin dispositivos de por medio), consolar (ser empático y entender los cambios por los que los chicos atraviesan), invitar a participar de una actividad (es mejor que imponer), agradecer por los detalles cotidianos (Gracias por arreglar tu habitación, además quedó muy bonita) y llegar a acuerdos.Pero cuando hay un incumplimiento de esas convenciones, los padres deben mantener claridad, firmeza y consecuencias lógicas; por ejemplo, si el chico olvida algún implemento del colegio no es necesario expresar siempre es lo mismo, eres un irresponsable, un inútil, yo, pobre, tengo que correr a darte haciendo las cosas. Es mejor dejar que experimenten las consecuencias de sus acciones, un cambio en el lenguaje sería: Lo siento mucho, tendrás que sacar la mala calificación si esa es la consecuencia del olvido, aquello es mucho más efectivo que la serie de calificativos peyorativos y, además, hace que la relación con los hijos no se quebrante.Sea consciente del efecto que tienen sus palabras, de que a partir de una comunicación positiva se estimula el ánimo y la voluntad en los hijos. La experta recomienda cambiar la comunicación repetitiva, cansona, de queja sobre los chicos. Los tiempos han cambiado y los adolescentes ya no toleran el tipo de comunicación autoritaria que otras generaciones pudieron soportar.No obstante, si el puente del diálogo en la familia ha experimentado un colapso, la terapeuta recomienda dejar de hacer, dejar de gritar, dejar el plan investigador, pero mantener la observación atenta a las manifestaciones en los hijos y en uno mismo, como padre.Esto ayuda a quitar la tensión; pero si se cree que la situación se agrava, es aconsejable plantear una conversación: Estoy preocupado porque he visto que no nos comunicamos, ¿qué crees tú que podríamos hacer para mejorar?. Esta sola frase abre la puerta para que la solución sea un consenso y no una imposición.

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