EL síndrome que inspira Madame Bovary

Es un trastorno que padecen las personas que siente insatisfacción crónica con respecto a sus vidas y a sus relaciones. Genera comportamientos obsesivos.
Quienes sufren esta psicopatología  manifiestan adicción al romance y recurren a amores imposibles. Por eso siempre están insatisfechos. Foto: Freepik

Quienes sufren esta psicopatología manifiestan adicción al romance y recurren a amores imposibles. Por eso siempre están insatisfechos. Foto: Freepik

24 de octubre de 2022 08:10
Gabriela Balarezo

La búsqueda del “amor ideal” no siempre resulta ser algo inocente. Cuando se torna en obsesión y afecta a la salud de las relaciones de la persona entra en territorio de lo patológico. La idealización del amor que conduce a los individuos, sobre todo a las mujeres, a una continua frustración y decepción es lo que se conoce como Síndrome de Madame Bovary o Bovarismo. Así lo explica el psicólogo Sergio González.

Esta psicopatología, según el experto, “fue descrita por primera vez en 1892, por el filósogo Jules Gaulter”. Lo menciona en un ensayo, basado en la obra ‘Madame Bovary’ (de Gustave Flaubert), en el que se refiere a la figura de su protagonista (Emma) como el perfecto estereotipo de una persona que sufre de “una insatisfacción crónica afectiva”.

La psicóloga María Elizabeth Aguirre, especialista en terapia familiar sistémica, indica que “este síndrome se asocia mucho a las personas que tienen una dificultad severa para conformarse con lo que tienen en la vida”. Comúnmente abarca a las relaciones de pareja, pero también afecta a otros aspectos de la vida de los individuos.

Quienes padecen del Síndrome de Madame Bovary entran en una dinámica poco saludable: alcanzan un objetivo y vuelven a sentirse insatisfechos. De esta forma, dice Aguirre, “nunca encuentran un verdadero sentido a sus vidas, siempre están en una búsqueda que les provoca una tristeza permanente”, asegura la especialista.

Emma, la protagonista de la novela de Flaubert, es posesiva, celosa y muy dependiente en las relaciones extramaritales que mantiene con Rodolph y con un joven estudiante. Esas son características típicas de las personas que padecen este síndrome. Además, precisa la psicóloga, cuando llegan a alcanzar cierto grado de compromiso con una pareja tienden a ser evasivos.

Otras características “llamativas”, según Aguirre, son los comportamientos obsesivos que manifiestan y, por ejemplo, cuando están en una relación a veces se mimetizan con su pareja. Es decir, que copian sus comportamientos y peculiaridades con el afán de no perderla, porque no pueden estar solos o solas.

“Siempre están imaginando cosas, pero son imaginarios inalcanzables”, detalla Aguirre. Asimismo, expresa González, mantienen expectativas y perspectivas rígidas y poco realistas.

Lo que se manifiesta en una marcada disonancia cognitiva y una visión sesgada sobre las relaciones amorosas”. Y aunque en el pasado era un síndrome asociado solo a las mujeres en la actualidad también lo padecen los hombres. 


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