¿Por qué las rupturas son necesarias?

Hoy en día la hiperconectividad hace que el inicio y el fin de una relación no sean tan claros y definitivos
Terminar una relación es complicado, pero tiene sus puntos buenos en el desarrollo personal.

Terminar una relación es complicado, pero tiene sus puntos buenos en el desarrollo personal.

11 de agosto de 2020 15:10
Gabriela Castellanos

La hiperconectividad de la era actual hace que sea muy sencillo mantenerse en contacto con personas que estuvieron en nuestra vida en algún momento. Amigos y familia pueden continuar en la vida de otras personas sin ‘estar’ físicamente. Es una presencia virtual que puede pasar al mundo real en cualquier momento. Esta misma hiperconectividad hace que sea más fácil mantenerse en la vida de ex parejas, casi como fantasmas en el mundo ‘online’.

Precisamente a través de las plataformas virtuales han aparecido el ‘ghosting’, el ‘orbiting’ y el ‘submarining’, formas en las que las parejas pueden contactarse o desconectarse de otros sin lidiar con el trabajo emocional que implica terminar una relación. En este sentido el inicio o el fin de una unión son cada vez menos claros y definitivos. Para muchos psicólogos esto representa un problema porque los finales tienen una importancia para el equilibrio y salud mental y emocional. Daniel Kahneman, psicólogo israelí, ha dedicado parte de su vida a explorar el juicio humano. Él recibió un Premio Nobel de Economía por haber integrado la investigación del campo psicológico a las ciencias económicas en lo relacionado a la toma de decisiones.

En sus estudios encontró que los recuerdos de las experiencias son influenciados en gran medida por los sentimientos que generaron al final. Así, la manera en la que una persona experimenta el fin de una relación dicta cómo se va a sentir y lo que va a aprender de toda la unión.

Por eso, aunque las rupturas sean particularmente difíciles, son necesarias. Los finales, según una investigación publicada en la revista Psychology Today, ayudan al crecimiento personal y a que cada persona siga un camino para tener una satisfacción emocional. La idea es aprender de las relaciones pasadas para las futuras. El final de una relación también marca un punto de quiebre y un nuevo inicio, un concepto psicológico que está diseñado para generar esperanza en las personas y sentimientos de ilusión y bienestar.

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