La responsabilidad afectiva se cultiva

Los resultados de una relación que toma en cuenta este aspecto se reflejarán en los hijos de la pareja y ellos, a su vez, los llevarán al entorno social
La responsabilidad afectiva se plantea como una herramienta poderosa para fortalecer las relaciones interpersonales.  Foto: Freepik

La responsabilidad afectiva se plantea como una herramienta poderosa para fortalecer las relaciones interpersonales. Foto: Freepik

18 de abril de 2022 08:00

El cómo una persona se trate y se vea a sí misma tiene un papel fundamental en el ámbito de la pareja. De hecho, es clave en todas las relaciones interpersonales que mantenga durante su vida.

Es lo que se conoce como responsabilidad afectiva y se trata, básicamente, de ser conscientes del impacto negativo o positivo que tiene lo que hacemos o decimos en quienes nos rodean. Lo que se refleja en la forma, verbal o no verbal, mediante la cual nos comunicamos con los demás.

Camila y Samuel, ambos de 32 años, son novios desde hace apenas dos meses, pero ya han vivido una situación en la que uno de ellos ha aplicado la responsabilidad afectiva para resolver un conflicto. Cuenta Camila que en un día en el que estaba de mal humor porque nada le había salido bien y tenía una entrevista de trabajo en pocas horas, Samuel le llamó para desearle suerte.

Ella le respondió de mala gana y él se sorprendió porque era la primera vez que veía esa faceta de su personalidad. Camila le advirtió que la próxima vez le avisaría cuando esté de mal humor para que no le llame. La respuesta que le dio su novio no fue la que esperaba. Samuel le dijo: “No, porque en los momentos difíciles es cuando tú más me necesitas y yo puedo estar para ti”.

Para la coach Eugenia Zapatier, la actitud de Samuel es un claro ejemplo del correcto manejo de la responsabilidad afectiva en una relación. La experta considera que él se comportó de forma madura. Tomó en cuenta el sentir de su novia y actuó en consecuencia. Le hizo notar que puede contar con él siempre, incluso cuando hay problemas.

Parece algo lógico y sencillo, pero que llevado a la práctica resulta complejo porque la también llamada responsabilidad emotiva implica que cada persona sea consciente tanto de sus sentimientos y emociones, como del otro involucrado en la relación y actúe en consecuencia. “Responsabilidad es responder hábilmente a todas las circunstancias y situaciones de la vida”, explica Zapatier.

Por lo que la responsabilidad afectiva se traduce en aplicar ese concepto en el trato con el prójimo y en la vida cotidiana en los diferentes roles. Ya sea como hijos, hermanos, amigos y como pareja.

En este sentido, la responsabilidad afectiva se plantea como una herramienta poderosa para fortalecer las relaciones interpersonales.

La ‘coach’ cree que tiene una importancia enorme tanto en la casa y el hogar, como en la sociedad. Su correcto uso, a su parecer, podría evitar una gran cantidad de casos de violencia familiar. Esta forma de entender las relaciones implica, sobre todo, consenso, empatía y diálogo. Llevado al terreno práctico se trata de escuchar y cuidar del otro, acompañándole y teniendo en cuenta sus emociones y necesidades.

Zapatier dice que se expresa a través de las palabras y las actitudes que demuestran el afecto y cariño que tenemos hacia nuestra pareja o las otras personas que forman parte de nuestro entorno.

Aplicarla correctamente en una relación de pareja puede suponer un reto. Así que hay otras herramientas que pueden ser de utilidad para lograrlo, como la comunicación asertiva o el establecer acuerdos previos.

“Es básico y fundamental cómo demuestro el afecto a la pareja”, expresa Zapatier. Esto porque después, cuando la pareja tenga hijos, esa relación tratada con responsabilidad afectiva se reflejará en ellos y los hijos, a su vez, lo llevarán al entorno social

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