En la literatura infantil Wendy es la carismática y dulce niña que cuidaba con esmero a sus hermanos pequeños y que cosió la sombra de Peter Pan. En el plano de las relaciones amorosas o en cualquier otra forma de relación afectiva, es el nombre de un síndrome que afecta, sobre todo, a mujeres.

“Esta forma de vinculación personal puede darse tanto en hombres como mujeres, pero en más habitual que lo sufran estas últimas según varias investigaciones”, señala la psicóloga especializada en terapia de familias y parejas Sofía Mora.

No obstante, no se trata de ninguna enfermedad mental ni tiene una entidad clínica reconocida, según la psicóloga Mar Argüello. Dice la experta que se refiere a “la necesidad absoluta de anteponer sistemáticamente los deseos de otra persona a los propios”. En una relación romántica, es la novia que hace el papel prácticamente de madre abnegada con su pareja.

Este síndrome se caracteriza, explica Mora, por esa necesidad de sacrificio constante de una de las dos partes. Aunque en realidad se fundamenta en una relación de codependencia. Porque quien hace de Wendy busca suplir sus necesidades tratando de solucionar las debilidades del otro.

Así, una mujer con síndrome de Wendy va a buscar siempre a hombres que quieran ser como Peter Pan (que da nombre también a otra forma de relación afectiva). Es decir, que tengan miedo de asumir sus responsabilidad y enfrentarse a la vida adulta.

Dice Mora que hay muchos factores que pueden desencadenarlo y que tienen mucho que ver con la crianza y la errónea gestión de las emociones que provoca una baja autoestima. Por eso, cuando se identifica este comportamiento en la pareja, es importante que ambos hagan terapia individual, para que puedan trabajar en esos traumas, en el autoconocimiento y en la capacidad de poner límites.