Hay un capítulo de ‘Friends’ en el que Joey encuentra un libro erótico en el cuarto de Rachel y bromea al respecto. Están también los numerosos detractores de la saga de ‘50 Sombras de Grey’, que ponen de manifiesto su pobreza literaria. Aunque haya cierta tendencia (todavía) a ridiculizar o menospreciar al género erótico, lo cierto es que leer este tipo de obras puede ser muy beneficiosos para la sexualidad individual y de pareja.

Las opciones son variadas y se pueden elegir según los gustos de cada persona. Existen sagas como la de la española Elisabet Benavent -o de la misteriosa Irene Hall- y clásicos como ‘Mi jardín secreto’, de la escritora Nancy Friday. Como los juguetes sexuales, los libros eróticos estimulan la imaginación, explica la psicóloga y sexóloga Ariana Vargas.

“El que tu imaginación empiece a trabajar con fantasías eróticas (generadas por las lecturas) expande también lo que en algún momento puedas llegar a hacer con tu pareja”, señala la experta.

Así, los libros de este género (o también los podcasts y audiolibros) funcionan como herramientas para estimular el deseo y como una forma de explorar la propia sexualidad, de autoconocerse. Vargas asegura que pueden ser útiles para “imaginar qué me gustaría hacer o cómo me gustaría hacerlo. Y si en algún momento se puede compartir eso con la pareja sería beneficioso para los dos”.

El placer se explica por la reacción que este estímulo tiene en el organismo. “La literatura erótica ayuda a nuestro cerebro a generar nuevas células, lo que tiene la capacidad de despertar emociones que involucran a la memoria, la atención, la concentración, la capacidad de pensamiento simbólico y la imaginación para probar nuevas experiencias”, señala la médica sexóloga Luz Jaimes.

Los resultados de una encuesta de la consultora TNS en España demuestran los beneficios que tienen los libros eróticos, sobre todo para las mujeres. El 35% de las encuestadas aseguró que leer libros eróticos se tradujo en un antes y un después en su vida sexual. 

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