Por Lizette Abril

Los mejores momentos en pareja están compuestos de risas y grandes dosis de humor. Según los especialistas, las bromas podrían ser una fórmula de bienestar con el ser amado e incluso ayudan a generar buenos recuerdos a largo plazo y a fortalecer el vínculo amoroso.

Pero el nivel de humor en una pareja depende de cómo ambos estén dispuestos a llevar la relación o de los acuerdos previos que se alcancen sobre ese tema.

Javier Castro y Paola Andrango son dos veinteañeros que llevan juntos tres años.

Desde el inicio de su relación, el humor ha sido una constante. Suelen bromear con cosas personales, de amigos, familia e incluso hacerse una que otra burla pesada en el ámbito financiero.

Eso último, dice Castro, los llevó a tener una pelea fuerte hace unos meses. Él estaba acostumbrado a bromear con el uso del dinero destinado a los pagos de deudas y fingir que lo había gastado en otras cosas. Ella disfrutaba de eso y nunca reclamó, “porque sabía que era una broma”.

Hasta que un día Paola decidió hacerle lo mismo y él no lo tomó bien. Eso los llevó a una discusión fuerte que les obligó a hablar de los temas con los que podían o no hacer chistes. Ahora se envían comprobantes de pago cada vez que cada uno hace una transacción.

El psicoterapeuta Sebastián Robalino sostiene que las bromas en pareja pueden ser buenas, siempre y cuando cumplan la función de divertir a las dos personas y no rebasen los límites establecidos entre la pareja. Todo eso dependerá de cómo lleven la relación y cuál es el estilo de humor que manejen.

Recomienda que ambos se sienten a dialogar sobre las cosas con las que se puede o no jugar y hasta qué punto están permitidas.

En los últimos meses y con el auge de las redes sociales es común ver videos de parejas haciéndose todo tipo de bromas. Unas son sencillas como darse un susto, intercambiar alimentos o cosas similares. Otras, en cambio, están más subidas de tono y hacen relación a temas como infidelidades, abusos, cortes de cabello sin permiso e incluso golpes leves.

En la Internet hay videos en los que estos chistes terminan en agresiones físicas y en ocasiones provocan el fin de la relación amorosa. Amanda Andino, psicóloga de la Fundación Kinti, explica que este tipo de bromas podrían, en algún momento, rebasar los límites de la pareja y convertirse en agresiones de cualquier índole.

Además, menciona que en algunos casos, en las redes sociales se pierde el sentido de la broma porque la pareja está más enfocada en conseguir seguidores que en disfrutar del momento o en pensar en su bienestar.

Ambos expertos creen que es saludable tener momentos de esparcimiento en la relación. Además, eso podría ayudar a disipar algunos conflictos en caso de que existieran.

Robalino precisa que el humor en las relaciones puede tener connotaciones positivas y negativas. En el segundo caso se puede expresar ideas que podrían ser censuradas por la pareja, o bromas que buscan distanciar a una persona de la otra. Por eso, considera que es necesario notar cuál es la función específica de los chistes.

En el caso de que la broma no sea agradable para la persona es importante establecer límites claros con la pareja. Es decir, hablar de cómo se siente el otro integrante con ese tipo de comentarios o actitudes y llegar a acuerdos para mantener la relación.