Las 5 etapas que atraviesa toda relación

Desde el enamoramiento hasta el amor más realista, las parejas deben atravesar altos y bajos para conocerse mejor y alcanzar una estabilidad
Las relaciones deben cumplir procesos que permiten afianzar su compromiso.

Las relaciones deben cumplir procesos que permiten afianzar su compromiso.

30 de septiembre de 2020 21:17
Gabriela Castellanos

Independientemente de qué tipo de relación sea, los vínculos entre dos personas nunca son estáticos. Así como cada individuo atraviesa momentos y etapas, el amor también cambia y evoluciona con el paso del tiempo.

Psicólogos y sociólogos han investigado durante años cómo se manifiestan estos cambios y cuáles son las características de cada una de estas etapas. Así han encontrado que hay al menos cinco fases por las que atraviesa cada relación.

Contrario a la idea de que un día llegará el ‘felices por siempre’, los psicólogos han determinado que las fases son cíclicas y que pueden repetirse varias veces a lo largo de la vida. Es decir, aunque una pareja ya esté en una etapa de amor maduro, es posible que vuelva a la atracción inicial con todas las emociones que eso conlleva. Según MBG Relationships, un portal especializado en el estudio de las relaciones, hay un círculo de 5 pasos por los que atraviesa cada vínculo.

La primera fase es el enamoramiento o ‘la luna de miel’. Aquí es donde ocurre la ‘magia’. Las personas que están en esta etapa sienten una gran alegría cuando están con su pareja y también suelen tener una conexión y atracción muy fuertes. “Pueden sentir que han encontrado a su pareja ideal, alguien que es totalmente compatible con ellos”, dice la publicación. También quieren estar juntos todo el tiempo.

Todas estas emociones intensas suelen nublar la parte ‘racional’ del cerebro y a nivel científico se explica con una intensa mezcla de hormonas (oxitocina, endorfinas y dopamina) que mantienen este estado de euforia. Por esto suele relacionarse esta etapa con lo que ocurre con las adicciones.

La segunda fase es la duda y negación. En esta etapa las personas pueden empezar a ver las diferencias con sus parejas y salen del estado de euforia. Es aquí cuando ciertos comportamientos que antes no parecían molestar se vuelven muy conflictivos e irritantes. Aquí puede aparecer la duda sobre si realmente son el uno para el otro.

La tercera etapa es la desilusión. Es una de las fases más difíciles en las que muchas relaciones se terminan. “En este punto las luchas de poder ya están en la superficie y los problemas son muy notorios. Las personas pueden estar muy sensibles y pueden reaccionar a cualquier mínima provocación. Otras parejas pueden separarse lentamente y dejar de poner intención en cuidar su relación.

La cuarta etapa es la decisión porque la relación ha llegado a un punto de quiebre. Después de varias peleas y conflictos, de salir de casa únicamente para estar lejos de la pareja y de ciertos comportamientos que intencionalmente provocan a la otra persona ya no hay marcha atrás. Cuando esto sucede hay dos caminos: terminar la relación, cambiar algo o dejar las cosas como están a pesar de que eso cause infelicidad a ambas partes.

La quinta etapa es la de la conexión estable y duradera. Es la fase más sana en la que ambas partes experimentan una felicidad más real que llega con la aceptación de las imperfecciones del otro y el reconocimiento de que no existen parejas perfectas. En esta etapa las parejas suelen comunicarse mejor, son más empáticos con los sentimientos del otro y no recurren a ataques para defender sus puntos. Vuelven a pasar tiempo juntos, se divierten y se conectan mejor dentro del dormitorio.

Te puede interesar