¿Es un mito la crisis de los 7 años?

Las alarmas suelen prenderse cuando dos personas se aproximan a los siete años de convivencia romántica . Otro punto de inflexión común es la llegada del primer hijo.
A medida que se suman años de convivencia, los miembros de la pareja van conociendo al otro. Foto: Freepik

A medida que se suman años de convivencia, los miembros de la pareja van conociendo al otro. Foto: Freepik

1 de mayo de 2023 08:00
Gabriela Balarezo

Cuando se trata de parejas, hay todo tipo creencias que circulan alrededor de cómo se conforman y desenvuelven las relaciones. Por un lado están los típicos y conocidos mitos del amor romántico (eso de creer en que el amor es para siempre contra viento y marea, por ejemplo), y por otro, esos viejos cuentos que hablan de que los matrimonios o noviazgos tienen tiempos de caducidad marcados.

Se los conoce también como puntos de inflexión. Que en realidad son crisis que las parejas atraviesan y pasan dos cosas: se superan o acaban de una vez por todas con la relación de pareja.

Dos de los puntos de inflexión más conocidos o nombrados son el que viven los matrimonios o noviazgos con la llegada del primer hijo y el que ocurre al alcanzar los siete u ocho años de convivencia.

Esta última premisa parte de una creencia popular muy extendida, según la cual los involucrados en la relación al llegar a este punto tienen mayor probabilidad de finalizar su unión. Se la conoce como la “crisis de los siete años” y suele ser común escuchar las alertas de los allegados de una pareja que se acerca a esta fecha límite.

La fecha límite es relativa

Una razón que quizás inspira esta teoría puede ser el hecho de que en Estados Unidos la duración promedio de los matrimonios es de 8 años. No obstante, es una cifra que varía mucho según la región y el país.

De eso se trata la película mexicana ‘7 años de matrimonio’. En ella, sus protagonistas son testigos de cómo año tras año su relación se enfría hasta que al llegar al supuesto punto de inflexión sufren una gran crisis que pone a tambalear su matrimonio.

Por ejemplo, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Chile la media de matrimonios no sobrepasa el límite de los 10 años. Mientras que en Ecuador, según el INEC, en 2021 una pareja permanecía casada durante 15,7 años en promedio.

Para Claudia González, psicoterapeuta y autora del libro ‘Amar no cuesta tanto’, lo de la crisis de los 7 años es “pura superstición” y no cree que tenga “validez alguna en la realidad de las relaciones”. Sin embargo, existen ciertos hitos de inflexión en donde hay quiebres.

Cambio en la dinámica de dos

La llegada el primer hijo (del segundo, tercero, etc.) sin duda es un punto de inflexión porque es toda una revolución en la relación, dice la experta. “Es un cambio enorme porque ingresa un tercero. Que por más amor y por más hijos, sigue siendo una persona ajena a esa dinámica de dos. La atención se va a dividir. Casi siempre son las madres las que se vuelcan más a ese rol maternal y, de alguna manera, el varón se queda relegado o con este sentimiento de abandono de que no es tan importante”.

En este contexto, explica González, surgen distanciamientos, conflictos, comienza a faltar la comunicación, hay menos espacios de pareja -para estar solos o para compartir- entre otras cosas que van poniendo a prueba a diario a la relación.

Más que el tiempo de convivencia que transcurre para los integrantes de la pareja, son las circunstancias que van surgiendo las que marcan la existencia de un punto de inflexión. Hay situaciones, según la psicoterapeuta, que remueven más los cimientos. Los disparadores son, sobre todo, los grandes cambios: enfermedades, problemas económicos, cambios de trabajo, pérdidas familiares. 

Puntos de vista

Cambios en la dinámica. El terapeuta Robert Taibbi, especializado en parejas, escribió sobre la crisis de los siete años en una columna de ‘Psychology Today’. Este punto de inflexión, dice, ocurre porque con el tiempo las necesidades de las personas cambian y a veces la dinámica de la relación ya no se ajusta a ello.

Estabilidad y transición. Según Taibbi, el desarrollo de los adultos se mueve en bloques de aproximadamente siete años. Y señala que investigadores como Levinson, Vaillant y Sheehy determinaron que hay, de alguna manera, más inestabilidad en el período comprendido entre los 6 y 10 años de convivencia. Son “aproximadamente siete años de estabilidad y luego dos o tres años de inquietud y transición antes de asentarse en la siguiente etapa”, indica el especialista.  

Etapas del amor.
 Al hablar de los puntos de inflexión, González menciona que las relaciones, sí o sí, atraviesan por diferentes etapas. Estas van desde el enamoramiento, que es “un salto de fe gigantesco”, hasta el amor profundo al que se llega después de pasar todas las fases previas y superar todas las crisis que se presenten. Entre una etapa y otra, hay fases de desencanto, en donde la relación es más frágil y hay más riesgo de ruptura.

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