¿Qué es la colpofobia y por qué ocurre?

Este trastorno tiene síntomas relacionados con la ansiedad. Quien lo padece puede tener ataques de pánico con tan solo pensar en los genitales femeninos.
Aunque es más común que se presente en hombres, las mujeres también pueden tener colpofobia. Tiene que ver con la educación sexual. Foto: Freepik

Aunque es más común que se presente en hombres, las mujeres también pueden tener colpofobia. Tiene que ver con la educación sexual. Foto: Freepik

1 de agosto de 2022 08:00
Gabriela Balarezo

Quienes lo padecen pueden sufrir como sucede con cualquier fobia taquicardia, sudoración excesiva, ganas de alejarse o salir corriendo cuando se enfrentan al objeto que les provoca tanto terror. En este caso, no se trata de las alturas, las arañas o alguna otra clase de insectos o animales. En la colpofobia, lo que produce un miedo irrefrenable son los genitales femeninos.

La psicóloga clínica especializada en sexología, Celena Silva, explica que este trastorno es una “fobia específica de tipo primaria, ya que, generalmente, aparece a partir de eventos traumáticos que se pudieron dar en la primaria infancia como sucede con la mayoría de fobias específicas”.

Silva detalla que se cataloga como un trastorno relacionado con la sexualidad y que se manifiesta, en primera instancia, a través de síntomas muy generales propios de la ansiedad.

La colpofobia, que viene del griego ‘kólpos’ que significa vagina, se caracteriza por un rechazo profundo a los genitales femeninos. Un rechazo que se extiende, a su vez, al contacto sexual en cualquiera de sus formas, según precisa el psicólogo, Diego Guaranda, especialista en sexología y terapia de parejas. La causa se origina, continúa, en un “aprendizaje que se ha realizado en torno a un estímulo”.

Es decir, que es producido por un trauma específico que se ha dado ante una determinada situación. “En la colpofobia, la persona ha tenido o ha aprendido de acuerdo a un trauma relacionado con el órgano reproductor femenino”, dice Guaranda. Y añade que, generalmente, es un desencadenante de casos de abuso infantil.

Aunque se trata de un trastorno que afecta la sexualidad no es uno de disfunción sexual, sino de ansiedad porque el temor se genera ante (y no durante) la situación de realizar el actor sexual, señala Guaranda.

No obstante, es una afección complicada de identificar porque en cada individuo se presenta de manera diferente. Cuenta la psicóloga Silva que, por ejemplo, “en el caso del varón puede tener un deseo sexual por su pareja y sentir atracción, pero el solo hecho de imaginar los genitales femeninos o de pensar en una relación coital automáticamente hace que se produzcan todos los síntomas (sudoración, taquicardia, etc.)”, menciona la experta.

En este sentido, es como si se desencadenara un pico de ansiedad. Es común, según Silva, que algunas fobias estén acompañadas de episodios de pánico. Y la colpofobia no es una excepción.

La confusión al momento de diagnosticar o identificar este trastorno se da porque en ciertos casos –en los hombres específicamente– pueden producirse episodios de disfunción eréctil que acompañan a la ansiedad anticipatoria, dice Silva. Esto en base a su experiencia con otro tipo de trastornos de disfunción sexual.

A pesar de que son más los hombres los que tienden a padecerlo, lo cierto es que, tanto varones como mujeres, pueden sufrir esta fobia. “Puede suceder independientemente del género y de la relación sexual”, puntualiza Guaranda.

“Tiene que ver mucho con nuestra educación sexual”, considera, por su parte, Silva. Cuenta que, por los casos que llegan a su consulta de sexología, es evidente que muchas mujeres tienen un rechazo muy grande a mirar sus genitales. Este estereotipo y el rechazo social relacionado afecta a la sexualidad de las mujeres.

Para tratar la colpofobia lo principal es indagar cómo se generó. Lo primero, especifica el especialista, es evaluar los diferenciales. Por sus características este trastorno podría confundirse con otros similares o subvariantes: como la erotofobia, que es el miedo a tener relaciones sexuales.

Al diagnóstico como tal le precede una exploración completa del paciente, determina el psicólogo. Además de una evaluación psicológica que permita determinar la cronicidad, intensidad y sintomatología específica. Según la afectación se plantea entonces una terapia o tratamiento

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