Cada vez el amor propio adquiere más relevancia en la sociedad y las personas son más conscientes de la importancia que tiene. Para tener relaciones interpersonales sanas, incluidas las de pareja, ayuda mucho construir primero una buena relación con uno mismo.

En este contexto, han llamado la atención las denominadas afirmaciones positivas. Una herramienta que se ha popularizado, sobre todo, entre famosos, ‘influencers’ y celebridades. Pero, ¿en realidad funcionan o hasta qué punto son útiles para equilibrar y encaminar la vida de una persona?

Para Cristina Cueva, -‘healer’, experta en gestión emocional y sanación- son beneficiosas de muchas maneras. Se trata de “frases o palabras que nos repetimos mentalmente con la finalidad de lograr algo que queremos o que nos está faltando”, dice.

Según Cueva, las afirmaciones positivas cambian nuestro diálogo interno, porque todo el tiempo estamos hablando con nosotros. Esa conversación interior se vuelve así más positiva y enriquecedora, a la vez que nos fortalece, anima y motiva.

“Es como tener un ‘coach interno’, un terapeuta o nuestra mejor versión interna, que nos habla diciéndonos lo que necesitamos, apoyándonos o abrazándonos en lo que queremos. Solo ahí ya nos ayuda un montón”, señala la experta.

Lo que pasa en el cerebro

Asimismo, menciona que funcionan de una forma particular en la mente de las personas. “Para nuestro cerebro no hace falta que algo sea real para que se lo crea. Si veo una película y estoy supermetida en ella, voy a llorar, me voy a asustar o a reír como si fuera real. Mi mente no distingue esa diferencia. Lo mismo pasa con las afirmaciones en mi interior”.

Las consecuencias son cambios en el funcionamiento hormonal y en ciertas características fisiológicas en todo el cuerpo, asegura Cueva. Además, ayudan a los individuos a tener propósitos o metas que puedan cumplir, bienestar general o, en suma, alcanzar el máximo potencial posible.

Por su parte, la psicóloga y terapeuta de pareja Melva Sánchez, identifica a las afirmaciones positivas como una pieza, entre tantas más que se requieren, para la construcción del amor propio. Ella precisa que este concepto es inherente a la autoestima, que es la valoración psicológica personal. Esta se forma, por lo general, a partir de emociones y no en base a pensamientos racionales o adaptativos.

Para entender cómo funcionan las afirmaciones positivas hay que explorar su contraparte, los pensamientos negativos, indica la psicóloga. Aunque tienen distintos nombres se trata de creencias irracionales o distorsionadas que afectan a la autovaloración.

Cuando una persona discute estas creencias irracionales está trabajando en la reestructuración de sus pensamientos para hacerlos más adaptativos a su realidad, explica Sánchez. Este diálogo interno más adaptativo mejora la salud mental y también la autopercepción. Las consecuencias inevitables se evidencia en las relaciones que entablamos con los demás, porque estas son el reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos. 

El cuarteto

Pilares. Según la psicóloga Sánchez, hay cuatro pilares fundamentales que suman para una relación sana con uno mismo y nutrir el amor propio. Es un cuarteto que juega junto y no funciona por separado, advierte.

Autoconcepto y autoimagen.  El primer pilar trata de saber quiénes somos y aceptarnos con nuestra realidad. El segundo es la forma en la que nos percibimos físicamente, la belleza es una actitud y no un valor, dice Sánchez.

Autorreforzamiento y autoeficacia. Estos dos últimos pilares se relacionan entre sí y en el autorreforzamiento es en donde entran las afirmaciones positivas. Es reconocer los logros, cualidades y valores y creer en uno mismo.


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