LES INVITAMOS A COTORREARCasarse, ¿sí o no?A pesar de que la canción mexicana Yo no me caso, compadre querido..., que he venido escuchando desde mi infancia -o sea por varias décadas- sigue siendo coreada con furor y de que en la actualidad hombres y mujeres hacen un permanente alarde de que eso del matrimonio ya no va más, todos los días la gente se casa, aquí y en la China o en la Cochinchina. Ellas y ellos deciden (por las razones que fueren y ojalá siempre fueran las mejores) juntar sus vidas, armar la fiesta, vestirse de gala, intercambiar anillos, caminar hacia el altar o firmar un papel ante el juez y convertirse en marido y mujer, formar un hogar y al menos intentar ser felices para siempre. De modo que las bodas siguen más vigentes que nunca, las novias quieren seguir luciendo galas blancas o de otra tonalidad y los decoradores, modistas y planificadores nupciales continúan haciendo su agosto en cualquier mes del año. Claro que ahora todo es menos formal, hay quienes hasta escogen casarse en el aire, suspendidos de sendos paracaídas. Por mi parte yo sigo, a la antigua, llorando en toda boda incluyendo las que veo en la tele o en el cine y confiando en que el romanticismo siga tancampante como siempre y en que nadie nos quite lo bailado.