LES INVITAMOS A COTORREAR¿Ver para creer?Ya no hay en quién creer, solía decir mi abuela, desolada frente a la avalancha de cambios en una sociedad que para ella cada día le era más desconocida, acostumbrada como estaba al valor de dar la palabra, algo sagrado que obviaba cualquier contrato u otra formalidad de cumplimiento de la promesa. Menos mal que ya no está, pues creo que si viviera se hubiera caído infartada frente a la actual crisis de credibilidad que ha hecho que la incredibilidad ya sea de todos y todas. Ahora sí que nadie confía ni cree en nadie; grandes y chicos desconfían hasta de su sombra y piensan que todo es un engaño, que la información recibida es inventada y que incluso lo que se ve en una pantalla o se escucha a través de diversos medios no es cierto. Y, sin embargo, los horóscopos que abundan en todo lado sin lo más leído, visto y escuchado; esto nos lleva a pensar que, por absurdo que parezca, es allí en donde radica ahora la credibilidad. ¿Qué está pasando? ¿Acaso la falta de confianza entre los seres humanos ha llevado a poner la esperanza y la confianza en una sola canasta: la de las estrellas? Solo falta que los astrólogos de hoy sean los mandatarios de mañana.