Una realidad opuesta

2010-03-19 00:00:00

JUGOS PARA EL ALMAUna realidad opuesta¿Qué significa percibir la realidad? El concepto de realidad indica todo aquello que podemos considerar como tangible, confiable, indiscutible, como el fundamento de nuestros razonamientos y de nuestras decisiones. Pero sabemos bien que nuestra mente sigue nuestro deseo y, por lo tanto, la realidad es aquello que nuestro deseo juzga. Si queremos ser todavía más sutiles, la realidad es aquello que el deseo proyecta a través de los cinco sentidos. Esto explica por qué la realidad puede cambiar drásticamente y no existe una igual para todos, cada uno tiene la suya. Pero mientras se habla de la realidad de cada persona, que se encuentra en el deseo común de recibir, la diferencia entre la realidad percibida de cada uno, se limita a la importancia que asumen los varios aspectos de esta realidad. De todas maneras, la importancia que se da a los elementos de la realidad puede variar en base a la utilidad, con el fin de satisfacer los propios deseos egoístas. Si conseguimos adquirir el sexto sentido, que es otro tipo de deseo, aquel de la dación, a ese punto vemos un mundo al revés, en cuanto lo que ahora nos parece positivo porque satisface nuestro ego, después nos parecerá negativo en cuanto representa un obstáculo a la conexión entre yo y los demás. Todo aquello que ahora nos parece dañado, después nos parecerá simplemente perfecto así como es, y nos daremos cuenta que estábamos juzgando la creación, no con los ojos de quien le ha creado sino con los nuestros. Pero aquello que más fascina, cuando se habla de este cambio en la percepción de la realidad, está probablemente atado al aspecto físico de la percepción: ¿veremos a través de los mu-ros y leeremos los pensamientos? No realmente, porque estas son imaginaciones sobre el posible uso de nuestros sentidos corpóreos y que hacen siempre parte del sistema de percepción de la realidad y del deseo de recibir. La diferencia cuando se adquiere el sexto sentido, es que nos permite ver las raíces de la realidad física, o las fuerzas que actúan e interactúan entre ellas en los Mundos Superiores y de los cuales nuestra realidad física no es más que una consecuencia. Por consiguiente, más allá de la percepción física, también tendremos aquella percepción de las fuerzas que se encuentran en el nivel superior. La percepción física de este mundo no se desvanecerá sino al completarse la corrección de toda la humanidad. Junto a ésta se puede también tener la percepción espiritual de la realidad. Lo más verosímil que se puede decir de este estado es que, por ejemplo: cuando miremos un árbol no veremos solamente su forma física sino también las fuerzas que éste representa.

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