El teléfono descompuesto

2010-03-19 00:00:00

COTORREANDOEl teléfono descompuestoEn la lejana etapa de mi niñez y adolescencia solíamos jugar al teléfono descompuesto. Nos sentábamos formando una fila y la primera persona en la misma le decía algo al oído a quien estaba a su lado para que pasara el mensaje a la siguiente persona y así sucesivamente hasta que la última declaraba en voz alta lo que había escuchado. Se lo hacía rápidamente y, claro, la frase inicial terminaba distorsionada causando risa a todos. Eran juegos poco pretenciosos, muy sencillos los de esa época en la que ni se soñaba con celulares, iPads, cientos de canales de TV disponibles, cine en casa, juegos electrónicos y más opciones que la tecnología ha puesto hoy al alcance de todos. Aunque parezca un cuento, al parecer los importantísimos y aparentemente talentosísimos funcionarios oficiales, sus asistentes y todo el conglomerado de los encargados del funcionamiento del aparato estatal actual, han decidido retomar el viejo juego. Uno le dice en secreto al otro algo que quien lo recibe lo reenvía aumentado y/o cambiado y así, sucesivamente, va pasando de oreja en oreja y de boca en boca hasta que, finalmente, el secreto a voces se convierte en una sentencia definitiva que nadie entiende por qué se dio ni de dónde provino y, lo que es peor aún, !se cumple porque se cumple!

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