LES INVITAMOS A COTORREARCómo han pasado los años...Una frase común que suele provocar pánico porque, aparentemente, cada vez los años pasan más de prisa. Está fresco aún el paso del milenio, algo que solo a ciertas generaciones les toca en suerte (no sé si mala o buena) y ahora, por añadidura, acabamos de cerrar la primera década del nuevo milenio. ¿Será una simple coincidencia o habremos sido escogidos desde siempre para este momento que sin duda raya en lo extraordinario? La verdad es que sí es como para pensarlo, en especial frente a tantas profecías de que el mundo está por acabarse o, al menos, por cambiar totalmente. Reflexiones como estas nos las hacemos cada vez que llega un nuevo año, es natural o al menos bastante común. Sin embargo, lo que deberíamos hacer es reflexionar en el porqué de esa manía por vivir atados al paso del tiempo y ese temor a envejecer, a sabiendas de que en eso no hay vuelta atrás. El 1 de enero recibí un mensaje muy interesante que terminaba con algo que quiero compartirlo por ser tan alentador y que pudiera ayudarnos a enfrentar los vaticinios sobre el futuro, haya o no un fin del mundo: La vida no se mide por el número de respiraciones que hacemos sino por los momentos que nos quitan el aliento.