LES INVITAMOS A COTORREAR!Soy bruja y a mucha honra!Cariñosamente entre amigas nos apodamos de brujas, no porque volemos en escobas, aunque con el tráfico actual pudiera ser una gran solución, sino porque la mayoría de mujeres sabemos que ser brujas, lejos de ser macabro, pecaminoso o terrible, es algo de lo que podemos estar muy orgullosas. Gracias a esa magia ancestral que hemos venido heredando de generación en generación, podemos estar en todo: cuidar de los guaguas, cumplir con los encargos del marido, trabajar dentro y fuera del hogar para ayudar al presupuesto familiar, conversar con las otras brujas para aprender de ellas cómo hacer varias cosas a la vez y para enseñar a las más novatas a sobrellevar cualquier dificultad, mediante el poder del u00c2embrujo', que convence a todos los que nos rodean de lo fabulosas que somos. Somos brujas porque adivinamos lo que está sintiendo el hijo que acaba de nacer y el que ya se fue de casa porque otra bruja, con todo el derecho que le asiste, se lo llevó. Somos brujas porque nuestra magia nos permite cubrir el presupuesto familiar a pesar del alto costo de la vida y gracias a nuestros hechizos convencer a todos de que estamos siempre felices, porque las lágrimas brujas se almacenan en una mágica copa de la que bebemos a diario para renovar nuestra fortaleza.