Sobrevivientes del cáncer

2010-03-26 00:00:00

SOBREVIVIENTES DEL CÁNCERDos historias con algo en común: su deseo de salir adelante, apoyadas en su fortaleza y en la fe en Dios.El cuerpo está formado por células. La piel, el hígado, el corazón, el riñón están compuestos de ellas. El ser humano tiene cientos de billones. Todas tienen un mecanismo controlado por el cual crecen y se diferencian. Cuando envejecen también mueren y es natural que unas nuevas las reemplacen. No todas tienen un período de vida similar. Las células del intestino, por ejemplo, viven aproximadamente dos semanas. Existen otras que pueden vivir tres meses. A veces este comportamiento se altera y no mueren. Por allí empieza el cáncer. Omar Castillo es un oncólogo que ha estudiado el comportamiento del cáncer de mama. Ha visto que en su aparición influye que la mujer haya tenido una menstruación temprana o que su período haya desaparecido muy tarde. El no haberse embarazado nunca también puede ser un agravante. Las mujeres que dan de lactar disminuyen el riesgo porque al parecer esta acción modifica sus hormonas. Nada de esto lo conocía Mariana González cuando en el 2002 sintió una masa en la parte superior del seno. Se hizo un chequeo y un eco pero no le dijeron nada. Luego vino su divorcio y la presión de quedarse con tres hijos. La bola seguía allí, pero no le dolía, hasta que en el 2007, sintió una quemazón en el borde del brasier. Era una época en la que no tenía tiempo para preocuparse por esto. Toda su atención estaba enfocada en la forma de hallar recursos para sacar adelante a sus tres hijos. Hubo un momento en que el dolor pudo más. Mientras se bañaba, tocó su axila y sintió una inflamación. Fue cuando decidió ir al médico, quien le dijo que de su pezón salía un líquido amarillento con sangre. Hasta allí nada parecía grave, porque no tenía la confirmación del cáncer. El médico le dijo que tenían que hacerle una biopsia. Mariana cuenta que cuando se despertó de la intervención, en la que solamente le iban a extraer un pedazo de tejido para estudiarlo, se encontró que tenía los labios morados y los dientes partidos. El ofrecimiento no se cumplió y Mariana se percató que le habían retirado una cuarta parte de su seno. Luego todo se complicó, mandaron a estudiar la masa y llegó el resultado: era cáncer.Myriam de Yépez es otra de las mujeres que ha luchado contra el cáncer. Su drama empezó más temprano, a los 30 años de edad se enteró de la enfermedad. Cuando le quitaron el seno se sintió mutilada pero decidió salir adelante. En ese entonces, no se dejó vencer y buscó mil y una formas para armar sus propias prótesis. Las primeras las hizo de unas bolsas llenas de alpiste. Ahora, ella es voluntaria en la lucha contra el cáncer y cree que lo que le salvó en ese momento fue su fe. Igual que pasó con Mariana. Sin embargo, ahora, ella recuerda que no fue fácil la primera vez que fue a Solca. Cuando llegó a este lugar ya no aguantó más y se sentó en una de las bancas. Mientras lloraba miraba que a su lado pasaban niños pequeños enfermos, personas con el pañuelo en la cabeza. No sabía si preguntar a Dios: por qué a mí o para qué a mí. Cuando asumió la enfermedad no era solo la lucha contra ella, sino contra la falta de recursos. No trabajaba, solo tenía una pensión que le pasaba su ex esposo por uno de sus hijos. Para ese entonces, solo había una alternativa y era quitarle todo el seno y los ganglios axilares. Pasó tres horas en el quirófano, cuando despertó no quería verse. Tenía miedo, solo se tocaba. Tres días después, mientras se bañaba, decidió mirarse en el espejo. Allí estaba, frente a su nueva realidad, con una herida de 20 centímetros en lugar del seno y un hueco en la axila. Lloró. Lloró sola y luego junto a su hija. Un tiempo después, tuvo la valentía de escribir todo lo que le había pasado. Mandó una nota por Internet para que conozcan su drama. Ahora, no tiene recelo en contar lo que le ocurrió, lo único que le importa es evitar que otras mujeres repitan su historia. Fueron momentos muy intensos, de mucha cercanía con Dios, en los que uno de sus hijos decidió incluso hacerse sacerdote.

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