¿Por qué gritamos?

2010-03-19 00:00:00

LES INVITAMOS A COTORREAR¿Por qué gritamos?La respuesta pudiera ser porque a veces es conveniente, pero no estoy hablando de los gritos necesarios que, por ejemplo, podemos y debemos dar en busca de auxilio cuando frente a nuestra propia casa y a plena luz del día los amigos de lo ajeno (que cada vez son más numerosos) nos asaltan. Tampoco hablo de aquellos gritos colectivos con los que animamos al equipo favorito ni del grito de júbilo que, imparable, sale desde lo más profundo del alma del ganador del premio gordo de la lotería ni del típico alarido de angustia que muchas veces emitimos durante una película de terror. En cada una de estas instancias los gritos y hasta los alaridos están plenamente justificados. Me refiero, en cambio, a los gritos hirientes con los que se pretende educar a los hijos o a los alumnos y con los que solamente se consigue el efecto contrario. Y me refiero, por supuesto, a esos gritos autoritarios provenientes de las gargantas de los prepotentes y poderosos que se creen con derecho a recriminar, disminuir, insultar y hacer mofa de los más débiles. El saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan, esta frase del poeta italiano Arturo Graf es más que elocuente. Gritemos entonces cuando sea indispensable y oportuno.

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