lunes 04 de abril 2022

¿Hacia dónde vamos?

Carolina Castillo

Han pasado casi tres semanas del retorno de los estudiantes a la presencialidad en el país y se ha hablado bastante de las deficiencias que presentan.

Los profesores son los que han detectado las debilidades sobre las cuales tendrán que volver a trabajar. Sin duda, es lamentable el retraso que esto ocasionará. Es una de las distintas consecuencias que ha dejado la pandemia. Sin embargo, sin ánimo de trivializar este hecho, cuyas repercusiones se seguirán viendo con el tiempo, creo que se abrió, quizás a la fuerza y a la ‘velocidad de la luz’, una oportunidad en la educación nacional a la que de otra forma es posible que hubiéramos llegado también con retraso: la relación con la tecnología. Antes del Covid, a este tema se le dedicaban unas cuantas horas a la semana en los centros educativos. Eso cambió. Tanto alumnos como profesores tuvieron que enfrentar su día a día a través de las pantallas de celulares y computadoras. Para eso, fue necesario que desarrollaran nuevas competencias de las que no se deben alejar totalmente con el regreso a las aulas. Son posibilidades que ya se incorporaron a las formas de enseñanza y que se pueden seguir explotando, porque hacia allá camina la humanidad.