lunes 27 de julio 2020

De una enseñanza judía

Edna Iturralde

Samuel ibn Angela, fue uno de los grandes líderes judíos del Siglo XI. También fue poeta y visir del rey de Granada. Un día el rey escuchó a un enemigo de Samuel maldecirlo a él y a su pueblo. Por lealtad a su visir, e indignado por tan descarada falta de respeto a una persona favorecida por el rey, el monarca ordenó que se le cortara la lengua al hombre que había ofendido al visir. Después le dio la potestad a Samuel para hacer ejecutar la sentencia. En vez de ordenar que se le cortara la lengua, Samuel trató al hombre con tanta bondad que se convirtió en un leal amigo. Cuando el rey vio que el hombre todavía tenía la lengua y que parecía ser amigo de Samuel, expresó su sorpresa porque su orden no se había llevado a cabo. “Majestad,” contestó Samuel, “He cumplido vuestra orden. Le he sacado su malvada lengua, como lo ordenasteis y le he dado una bondadosa”. La enseñanza continúa diciendo: “Muchas de nuestras acciones producen cambios en nosotros y en quienes nos rodean. Nuestra tarea, como fue la de Samuel Ibn Angela, es tratar de cambiar lo negativo por lo positivo. No es fácil, pero si posible”.