martes 18 de diciembre 2018

El cuarto domingo de Adviento

Edna Iturralde

Mamá, papá y los abuelos pidieron a la niña que prendiera la cuarta y última vela en la corona de Adviento. “Abuelito, cuéntame un cuento del Niño Jesús, la Estrella de Belén y de los pastores”, pidió la niña. Entonces, el abuelo comenzó: “Los ángeles bajaron del cielo y anunciaron a los pastores: ‘El hijo de Dios ha nacido en un portal de Belén’. Los pastores fueron corriendo a verlo. Allí encontraron a María, con el niño Jesús en brazos, y a José. Un pastorcito quiso darle un regalo al niño, así que fue a su choza a buscar una cajita donde tenía sus tesoros: un ala de mariposa azul, un escarabajo y la cola de una lagartija. Regresó al pesebre y puso la caja a los pies de María. Un hombre la abrió. ‘¿Cómo puedes dar basura?’, preguntó indignado. María contestó: ‘Quien da con amor, da todo’. Y enseñó la cajita al niño Jesús. Él la tocó y la caja brilló, se elevó y se convirtió en ¡la Estrella de Belén! El pastorcito supo que el ala de mariposa nunca perdería su color y el escarabajo estaría feliz dentro de una estrella. Entones, comprendió y gritó: ‘¡Tú eres la paz, el amor y la vida eterna!”.