Con el corazón levantado
«Os aseguro también que, si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos». Con estas palabras predicó Jesús a quienes lo seguían.
La idea de orar en grupo no es solo linda, sino fuente de unión entre las personas como, por ejemplo, al asistir a misa. Cuando el sacerdote dice: “levantemos el corazón”, hacerlo juntos es algo especial.
Yo soy creyente al ciento por ciento y me duele ver cómo la fe se va perdiendo. En países como Gran Bretaña, algunas iglesias se han convertido en bares o restaurantes.
En Nicaragua, peor aún, donde prácticamente está prohibido practicar la religión cristiana. La verdad es que hay una gran tendencia a olvidarnos de Dios. No creo que caigamos en cuenta de que somos partículas de luz de ese Ser que nos dio la vida; una vida eterna.
Quizás algunas personas se sorprenderán de mi decisión: escribir acerca de un tema que es difícil de tratar; un tema que cada vez se vuelve menos importante. Sin embargo, siento que también quienes creemos tenemos el derecho a expresarlo levantando el corazón.
