La violencia infantil se puede prevenir

Los padres deben estar atentos a cualquier cambio de los hijos. Son sus defensores.
Los niños han sido víctimas de violencia, principalmente intrafamiliar.

Los niños han sido víctimas de violencia, principalmente intrafamiliar.

31 de mayo de 2018 16:46
Nancy Verdezoto

Nuestro hogar es el espacio en donde nos sentimos seguros. Bajo ese techo y esas cuatro paredes creemos que estamos a salvo y nada puede dañarnos. Pero, ¿qué pasa cuando se convierte en la casa del terror, en la causa de todas las pesadillas?
La violencia física, psicológica y sexual en contra de los niños, en la mayoría de casos, llega de la mano de los propios familiares.

De acuerdo con datos oficiales, una de cada 10 mujeres en Ecuador fue víctima de abuso sexual cuando era niña o adolescente. De ellas, el 65% fue violada por familiares y personas cercanas, de forma repetida y sistemática.

Estas cifras muestran una realidad escalofriante. Una que vivió Paola Andrade desde que era niña hasta la adolescencia. Esta experiencia traumática la llevó a crear la organización Ecuador Dice No Más, que trabaja para ayudar a las víctimas de violencia sexual.

Según ella, el principal problema de este tipo de casos es el silencio de los niños, que temen perder a sus familiares, que les hagan daño o simplemente que no les crean lo que dicen.

El año pasado Unicef, junto con Ecuador Dice No Más y el Ministerio de Educación, lanzó la campaña ‘Ahora que lo ves, di no más’, que buscaba alentar la denuncia de los casos de violencia sexual contra los niños. Hoy, como parte de esta campaña, se promueve que los padres, familiares y cuidadores principales de los niños denuncien cuando conozcan de algún abuso.

“La familia juega un rol clave en la prevención del abuso sexual y esto se construye día a día, generando vínculos de confianza entre los padres o cuidadores con los niños y niñas desde que son muy pequeños”, señaló Anna Vohlonen, oficial de Educación de Unicef.

Por ello, se busca que los adultos que estén en contacto permanente con los niños y generen confianza para que puedan contarles sobre lo que pasa en su entorno, si alguien les molesta, si son víctimas de violencia, si hay comportamientos que les generan alguna incomodidad. Andrade recomienda preguntar a los hijos cómo les fue en la escuela, escucharlos atentamente, conversar con ellos de todo.

Pero, además, enseñarles a expresar sus sentimientos y explicarles que está bien llorar o sentirse tristes. Muchos padres tratan de coartar las emociones negativas de los niños, diciéndoles que deben ser fuertes y esto solo esconde realidades.

Video: YouTube, cuenta: UNICEF Ecuador

La violencia sexual es un problema que cada día cobre nuevas víctimas. De allí que la educación es fundamental para evitar que este tipo de hechos se repita. Daniela Ziritt, catedrática de la Universidad San Francisco de Quito y experta en temas de familia, explica que la violencia "casi siempre se presenta en la estructura familiar".

El principal problema es que se convierte en un círculo vicioso. Es decir, si un niño vivió en un entorno de violencia es probable que a futuro tenga una relación violenta y este patrón se repita. "Lo más difícil es que las personas se den cuenta de que están en una relación de violencia. Muchas veces dejamos de lado nuestros principios y perdemos cosas que no deberíamos", señaló la experta.

Para darnos cuenta de que algo está pasando hay que analizar nuestros comportamiento. "Siempre que existe algo que no funciona, va a haber un síntoma y este aparecerá en nuestro cuerpo o emociones. Si hay un ciclo de violencia vamos a tener un síntoma, habrá un cambio brusco de ánimo, aislamiento social...", puntualizó Ziritt.

Cuando se trata de violencia infantil lo importante es analizar si existe algún tipo de retroceso en el desarrollo, si hay problemas en sus hábitos de estudio, si se vuelven agresivos o tímidos o si tienen malas notas, etc. Los adultos tienen entonces la obligación de prestar atención y actuar para ayudar a los niños, principalmente los educadores o los cuidadores. "Si el problema se da dentro de la familia, los maestros son lo que deben actuar. Ellos deben tener un buen manejo emocional para poder soportar a un niño que sufre de violencia. Debemos detenernos un momento y preguntar, así se abre el espacio para que se pueda intervenir", aclaró la psicóloga clínica.

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