Los hijos y la tecnología

Los padres deben controlar el uso de la tecnología en los niños
7 de mayo de 2018 16:22
Nancy Verdezoto

Ser padres hoy en día es mucho más difícil que hace unas décadas. No solo por las revoluciones sociales y familiares que se han producido sino también por la irrupción de la tecnología como parte del día a día de los hogares.
Los papás ya no solo deben lidiar con los temas tradicionales de la educación y formación de sus hijos. Ahora, la seguridad y la privacidad digital son temas que preocupan porque pueden ser los responsables de una serie de problemas para los chicos.
Se debe lograr un equilibrio entre permitir a los chicos que exploren y aprendan libremente pero también que exista un nivel apropiado de control de los padres sobre las actividades de sus hijos en la web. Los comportamientos en la red, la gente con la que se conectan y la información personal que comparten son temas sensibles.
María Dolores Brito, catedrática de la Universidad San Francisco de Quito, considera que no se debe separar por completo a los chicos de la tecnología. Simplemente dosificar el acceso y enseñarles sobre todos los riesgos que existen en la red.
Estos riesgos se pueden disminuir si existe confianza entre los chicos y los padres y se pueden hablar de todos los temas, como el acceso a redes sociales o los contenidos que consumen en la web.
Según una investigación del Pew Center Research, los padres de los adolescentes entre 13 y 17 años han tomado muchas acciones para monitorear la vida online de sus hijos y para generar una cultura de consumo digital correcta. Así, el 61% de los padres entrevistados revisa los sitios web que sus hijos han visitado, el 60% chequea el perfil de las redes sociales de sus hijos y el 56% es su amigo o seguidor en redes sociales.
Sin embargo, solo el 55% de los papás ha establecido límites sobre el tiempo y los momentos que pueden estar conectados a la web cada día. Y esto se complementa con que el 65% ha usado la restricción de acceso a los celulares, tabletas o computadoras como una forma de castigo, lo que no necesariamente trae consigo consecuencias positivas, porque los chicos se sienten aislados si se considera que ahora los chicos viven ligados a la tecnología.
En el Ecuador, hasta el 2015 existían 8 millones de usuarios de Facebook mientras que el 2012 eran apenas 2012 usuarios. 9 de cada 10 personas que utilizan la Internet tienen una cuenta en la red social y de ellos, el 66,5% tienen entre 13 y 28 años.
Esto demuestra que cada vez hay más jóvenes ingresando al mundo digital. Los avances en la ciencia han permitido a los chicos acceder a más herramientas tecnológicas que algunos padres ni siquiera conocen. Por ello, los chicos siempre van un paso más adelante que sus progenitores y eso demanda un mayor control y actualización para evitar que caigan víctimas de algún delito digital o simplemente que sean atacados con el cyber bullying.
La mayoría de los padres utilizan técnicas de control personal: básicamente revisan la actividad de sus hijos en la red. El 39% de los adultos utiliza un control parental u otras herramienta tecnológicas para bloquear ciertas páginas o filtrar los contenidos a los que los chicos pueden entrar.
Estos controles son mayores en los padres con los niños más pequeños. La idea de que aún no tienen su criterio bien formado para decidir sobre lo correcto e incorrecto es una de las razones para que se incremente esta vigilancia. Pero los peligros los corren todos, sin importar la edad.
En la Internet es común encontrar videos de experimentos sociales en donde un adulto se hace pasar por adolescente en las redes sociales para acercarse a un chico y demostrar lo fácil que es acceder a los muchachos y a su información personal, que luego puede terminar en un delito como secuestro, violación o robo.
Los adolescentes no entienden que en la red cualquiera puede mentir o hacerse pasar por otra persona para ganarse su confianza y luego aprovecharse. Incluso, ha habido casos de muchachos que han terminado en redes de trata de personas porque creyeron que “era su amigo”.
Para evitar que sus hijos sean víctimas de estos delincuentes, muchos padres piden a sus hijos sus claves de celular, de correo electrónico o de cuentas de redes sociales. Pero es más factible que un chico entre 13 y 15 años entregue esa información a sus progenitores que los muchachos de más edad.
Precisamente este es uno de los temas que preocupa a los padres y a educadores. Los grupos secretos en redes sociales muchas veces son promotores de drogadicción, prostitución y delincuencia.

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